Para el tío un concesionario es como irse de putas.
Está claro que dependiendo de las conductas sexuales de una persona se puede deducir alguna patología psicológica. En casos tan extremos como estos dos que se follan a su coche lo tenemos muy fácil para juzgar lo que pasa, que ambos están desequilibrados y les viene bien un psicólogo, pero no porque puedan estar mal de la cabeza si no porque no concebimos que sea normal para alguien enamorarse de un objeto hasta ese nivel, como para decir que quiere follarse su coche pero también podría ser una moto, un armario o lo que sea.
De la misma manera que en el pasado se les consideraba (ya no tanto) a los homosexuales y lesbianas o a quienes les gusta metersela a una vaca o que se la meta un caballo.
La cultura de cada época cambia la forma de ver estas cosas como algo normal o anormal, y de ahí deriva aceptarlo o rechazarlo. Es decir, cuando nos acostumbramos a ciertas acciones (no todas) perdemos la perspectiva que teníamos inicialmente, nuestra opinión cambia porque nos cuesta racionalizar como lo hicimos originalmente, aunque dichas acciones fueran una locura desde nuestro punto de vista y sigan siendo exactamente iguales, dejamos de verlas como algo patológico a quienes las practican.
Por eso si pasan unos cuantos años donde se acaba aceptando que haya gente por ahí enamorada de su coche, muchos se follan a su coche etc... Terminamos por pixelar el tubo de escape en las carreras de Formula 1 porque a ojos de la cultura social de esa futurible época el tubo de escape del coche sería una zona "íntima" y sería irresponsable mostrar esa zona del coche abiertamente por los medios de comunicación como TV en horario infantil.
Tampoco extrapolemos esto a todo, pero hay unos cuantos ejemplos que siguen este patrón. ¿estoy loco por pensar esto? Claro, tal vez lo estuve a ojos de alguien de otra época, lo estoy ahora o lo estaré desde la perspectiva de alguien que lee esto dentro de 600 años.