La tolerancia que durante unos meses ha existido con las personas que se dedican al 'top manta' en Barcelona ha provocado que la cifra de manteros alcanzara cifras hasta ahora nunca vistas. Este verano, la concentración de manteros en los lugares por los que se mueven los turistas ha aumentado todavía más su visibilidad.
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Pero este verano su presencia ha dejado de ser esporádica y se ha convertido en un problema en mayúsculas. La gran concentración de manteros en algunos lugares de la ciudad, como el paseo Joan de Borbó, con puntas de hasta 900 vendedores ambulantes, ha hecho el problema aún más visible. La presión de los comerciantes de la zona, que ya tenían problemas por culpa de la fuerte subida de los precios de alquiler, y la de los medios de comunicación alimentada por los partidos de la oposición han obligado al Ayuntamiento de Barcelona a cambiar de estrategia. Las directrices que salen de la plaza Sant Jaume han cambiado. Se han endurecido.
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Recién llegada al Consistorio, Colau aseguró que “la solución” contra el ‘top manta’ no era policial, sino social. En ese momento, tenía una pequeña rebelión en la Guardia Urbana, que vio cómo los dirigentes políticos reducían los equipos de paisano, que son quienes actúan y requisan el material que venden los manteros, y también minimizó la presencia uniformada.
El resultado fue que vendedores ambulantes de Galicia, de Andalucía y de la zona de la periferia del área metropolitana se asentasen en la ciudad, según fuentes policiales. Se pasó de 400 vendedores ambulantes que había en la anterior legislatura de Xavier Trias, a unos 800 al cierre del año pasado, con puntas de hasta 900, según esas mismas fuentes, lo que suponía unos números prácticamente incontrolables para los agentes, los vecinos y el resto de vendedores no ambulantes.
Fuente:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/08/07/catalunya/1470596469_496560.html
Esta noticia tiene gracia sobretodo por las medidas previas. Colau legaliza los 'manteros':
http://www.libremercado.com/2016-05-06/colau-legaliza-los-manteros-1276573497/
Obviamente, son cosas que se ven venir y que con un poco de lógica y sentido común se pueden prever y evitar con suma sencillez, pero cuando las medidas que se imponen son contrarias al sentido común pues ocurren cosas como estas, policías molestos, la población trabajadora fastidiada de manera colateral y un descontrol con el que no se puede mediar.