#773 Hay padres que no saben como gestionar situaciones relativas a sus hijos, y esta es una de las situaciones estrella.
He tenido alumnos que, tras hablar del tema en casa, me venían preocupados y agobiados porque la madre le increpaba constantemente con el tema. Por ejemplo se ponían a ver la serie de TV de el Barco o alguna por el estilo y la madre no dejaba de hacer comentarios "Uy mira esa, va solo con tirantes. ¿Has visto qué tetas? ¿De verdad no te gustan?". Y eso un día si otro también le está generando una ansiedad y una tensión al pobre chaval que no tiene porqué cargar. Es un juicio, por muy a coña que le pueda sonar a alguien. Un juicio constante.
El mismo chaval un año antes (cuando no había aceptado nada de todo esto) se forzaba a jugar a fútbol a la hora del patio (cuando ni le gusta ni era nada bueno), perseguía a sus compañeras de clase y les tocaba el culo, les forzaba a darse besos...
Lo más difícil de todo era tratar con su baja autoestima. Ha estado machacado durante años (de forma activa y pasiva, queriendo o sin querer) y ha pasado los años donde debería estar "forjando su identidad" escondido y repudiando aquello que el cuerpo le pedía ser. Se daba cuenta de que hacía algo mal sin saber el qué ni por qué estaba mal. Pero sabía que no estaba bien. Lo escondía.
De hecho, no son tan sólo unos padres "que preferirían haber tenido un hijo hetero", son los compañeros, los profesores, es la TV, es la sociedad en general.
El año pasado mis alumnos me dieron una lección. Les estaba explicando en primero de la ESO el tema de rectas paralelas, perpendiculares... Y para que lo recuerden les expliqué la historieta de que son historias de amor, y dibujé al lado de una de las rectas el típico muñeco de palo en forma de chico y a la otra recta lo mismo pero en forma de chica. Y les explique el rollo de "las perpendiculares se ven una vez en la vida y ya no se ven más". "Y las paralelas están toda la vida viéndose a la misma distancia pero saben que jamás se encontrarán...".
¿Cual fue la primera pregunta? "¿Profe, como es que has dibujado en todos los casos un chico y una chica? No podrían ser dos chicas, o dos chicos?"
Ese día tuve muy claro que los "adultos" somos gran parte de el problema, suponiendo una "normalidad" y una "estandarización" a la que ellos se van acostumbrando, porque somos sus referentes, queramos o no.
Ese día también me di cuenta que muchas veces aprendo yo más de ellos que ellos de mí. Pero esa ya es otra historia.