Veamos.
Sí en cuestión de que cada vez lo puedes re-encontrar (después del primero). O sea, al igual que cuando eliges entre una opción y otra, lo haces dando lo mejor de ti mismo (en ese momento, si te dieran a elegir más adelante quizás sería otra cosa), cuando encuentras "la persona de tu vida", es la que crees que es en ese instante y momento preciso. Si la encuentras a los 35, pueden pasar muchas cosas, separaros a los 57, y a los 62 encontrar a otro amor de tu vida (para ese instante y momento preciso).
Total, que la afinidad con esa persona es la que crees tú y la que creas tú a la vez. Por eso mismo no me convence casarme y atarme tanto a una persona. Porque no soy (y creo que nunca seré) hipócrita conmigo mismo. Si estoy con "x", y después de 10 años encuentro a "y", que comparto todo lo que comparto con la primera variable + 5 cosas más (pon en material música, en cosas emotivas, gustos cinéfilos y demás), por qué me voy a quedar con "x"? Si con "y" tengo más cosas?
Pues por hijos, hipoteca, "comodidad", "rutina", etc... y eso no me va. Y no sé si me irá nunca.
Por eso siempre he dicho a mis pocas parejas que me han durado menos de un mes (cuando me preguntan):
-¿Me quieres?
-Hoy sí
Aunque un amigo me aconsejó que dijera "ahora sí". Porque vete a saber si ese mismo día por la noche encuentras a otra.
Sonará poco romántico y muy matemático (cuando el amor, el querer, la parte no-lógica; es emotiva), pero es mi visión de la vida.