Ya lo estamos viendo, desde hace tiempo que viene cuajándose y poco a poco la opinión pública va asimilando la enésima mentira del gobierno: que estamos ante una crisis petrolífera. Con la colaboración nada crítica de gobierno y medios, se empieza a extender la idea de que estamos ante una crisis y debemos apretarnos el cinturón.
Con los ojos del mundo puestos en los procesos revolucionarios que se están viviendo en el Norte de África, con el tema una y otra vez en los telediarios, ¿por qué no aprovechar el tirón para crear otra cortina de humo? Con una continua subida de impuestos, una reforma laboral inútil que ha destruído 500.000 empleos desde su entrada en vigor, una deuda exterior asfixiante, una situación rozando el crash en las cajas y el default a la vuelta de la esquina, hemos encontrado el nuevo culpable.
Esto tampoco es nuevo, el mecanismo de crear una sensación de amenaza externa sobre la población para, de esa forma, atar más en corto la correa es algo que se ha estado usando a lo largo del s.XXI, este es solo un nuevo ejemplo.
La semana pasada se anunció la rebaja del límite de velocidad en las carreteras usando los mismos argumentos que en otros países utilizan para, esta misma semana, aumentarlo. El fin es claro: aumentar la recaudación en base a multas. No es un secreto, y más cuando paralelamente se anuncia la reducción de la iluminación en las carreteras.
El gobierno anuncia una serie de medidas "impopulares" dicen, pero necesarias dicen. El Ministro de Industria habla de un plan de renove de neumáticos que afectará a 60.000 coches. Por un lado se fomenta el ahorro y por otro el consumo, creando una triple paradoja económica si tenemos en cuenta que el poder adquisitivo de las familias se reduce a pasos agigantados. Por otro lado, el Ministro de Fomento Pepe Blanco anima a las Comunidades a reducir un 5% el precio del metro y cercanías. Esta medida, que rebajará unos 3€ mensuales el precio del abono transporte, dice que animará a los trabajadores a dejar el coche y desplazarse en transporte público. Algo que ha tenido una respuesta negativa inmediata por parte de las comunidades, claro.
Todo este despropósito tiene su culmen en Zapatero y su viaje estelar a Túnez, en el que el presidente paró por Madrid en su viaje de Abu Dhabi y Túnez con un gasto de 20.000 litros de combustible con un coste de 15.000€ para las arcas públicas. El motivo del gasto: dormir junto a su familia esa noche. Están por encima del resto de los mortales; sus leyes no se aplican a sí mismos.
Podría seguir poniendo ejemplos y casos concretos un rato, pero vayamos al fin del post. El problema de base no es una escalada de precios de los combustibles; el problema es la dependencia española de la energía exterior. El problema es que el PSOE presentó un plan energético tan competente que sabían que no podría llevarse a cabo de facto y que han llegado a ignorar totalmente. De la marginación absoluta de la energía nuclear como alternativa por prejuicios ideológicos como Zapatero se ha afanado en más de una ocasión, a crear una burbuja de las renovables que hace pocos meses terminó por estallar (silenciosamente, claro). Pero claro, es mucho más barato económicamente e ideológicamente contruír otra planta de ciclo combinado.
La lástima es que no he podido encontrar una tabla representativa de la evolución de precios en los ultimos años del precio del barril de brent, así que apelaré a la memoria apoyada por algunas fuentes. Se habla de la escalada de precios actual, y es que en los últimos años, el precio de los combustibles ha ido aumentando, y sin embargo ha pasado de estar a 152$ en 2007, a 40$ y ahora a 120$. Es decir, aún con la escalada de precios, ahora mismo el precio del barril de brent es un 20% inferior al de 2008. Esto no se explica solo por el acuerdo oligopolístico de las grandes petroleras, sino porque aproximadamente el 60% del precio de la gasolina sin plomo son impuestos, por lo que de los 1,28 euros que nos cuesta un litro de tal carburante, 0,76 euros son para las tragaderas insaciables de la Hacienda pública que padecemos.
Gracias a werty por la fuente
Todo esto culmina en la auténtica gran mentira, y es que mientras desde arriba nos cuentan todo lo anteriormente expuesto, los presupuestos nacionales se elaboran en función a un precio más bajo del crudo (los españoles contemplan un precio de 81,8 dólares el barril cuando la semana pasada rondó los 120 dólares). ¿El fin? ocultar la auténtica situación española y poder vender unos datos que eviten la estampida, cuando no una situación parecida a esas que el presidente gusta tanto de alentar. Alguien debería decirle eso de cuando las barbas de tu vecino veas cortar...