La incorporación a la Comunidad Económica Europea (1986) obligó a un proceso culminante de desmantelamiento industrial denominado como reconversión industrial durante el mandato de Felipe González a partir de 1986.
La incorporación a la Comunidad Económica Europea (1986) obligó a un proceso culminante de desmantelamiento industrial denominado como reconversión industrial durante el mandato de Felipe González a partir de 1986.
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Los sindicatos llegaron a afirmar , por boca de CCOO, que la política de reconversión del PSOE era mucho peor que la desarrollada por la UCD ya que limitaba la participación sindical y daba el control al Estado sobre los fondos destinados a la reconversión, remarcando que la obsesión de aquellos gobiernos era la congelación salarial.
UGT señalo siempre que la opción de destrucción industrial adoptada por los gobiernos socialistas suponían aceptar para España un consumo interno anormalmente bajo, mas propio de un país tercer mundista que de una nación en avanzado estado de desarrollo, y que esto suponía que , cuando llegara la reactivación del mercado internacional, habría que importar. Y así sucedió.
Todos los planes que se hicieron de recolocación demostraron ser un fracaso absoluto.
Dejar la creación de empleo, la reindustrialización, en manos de iniciativas privadas exclusivamente, con una serie de beneficios fiscales, no condujo a la creación de empleo. Tal como se demostró en Vascongadas después de años dando ayudas fiscales a las aceriales.
En 1993 se reconocía que todo aquello vino impuesto por Maastricht.
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La moratoria nuclear provocó que se desmantelaran cuatro grandes centrales nucleares casi terminadas. Se paralizaron seis a punto de ser construidas. El resultado de ello es que , en España, la electricidad cuesta el doble que en Europa.
Nuestra cabaña lechera fue reducida a favor de Europa
La Flota pesquera española, que era la mayor de Europa y tercera del mundo quedó desmantelada.
Y mientras todo ello sucedía , aquellos gobiernos socialistas prometían reformas que crearían 800.000 puestos de trabajo, mantenimiento del poder adquisitivo y jubilaciones a los 64 años…
Pronto se vio que aquella social democracia abrazaba sin pudor la ideología mundialista mas comprometida con el capitalismo. Y ese PSOE que prometió 800.000 puestos de trabajo, pronto hizo pasar a España de un paro 0 en 1975 a 2.710.500 parados ya en septiembre de 1984.