El 3 de abril de 1919, el Gobierno del terrateniente conde de Romanones promulgaba el decreto que instauraba las ocho horas de trabajo diario. Hasta entonces, las jornadas habían sufrido reducciones paulatinas a lo largo del mundo. En Estados Unidos incluso hubo épocas donde la jornada laboral era de 18 horas.
Desde entonces, algunas empresas han adoptado tímidamente reducciones de jornada: 38h semanales, 37,5, etc. Sin embargo, la mayoría de esas jornadas están trampeadas, pues promedian los meses de verano donde hacen una reducción de jornada y cuando los trabajadores se suelen tomar vacaciones.
De hecho, calculando el tiempo efectivo de las "jornadas partidas", donde se deja una hora o dos "para comer", el tiempo que uno pasa trabajando supera ampliamente las ocho horas por jornada.
Sin embargo, es evidente que una parte muy grande del tiempo se pierde, ya que el trabajador es incapaz de mantener una buena productividad durante todas las horas de una jornada efectiva de 8-9h. Reduciendo la jornada a 6h, algunos experimentos han resultado exitosos tanto en empresas públicas como privadas, redundando en una mejora del clima y de la calidad de vida del trabajador en general.
Cito algunas experiencias de la fuente que voy a utilizar:
[...] Otra compañía de tecnología informática sueca, Brath, adoptó el régimen de 6h de jornada laboral desde tiempo atrás, unos 3 años. Según dice el director general de la empresa, de esta manera se les hace más fácil retener a los empleados. ”Cuando una persona se acostumbra a algo bueno, ya no lo quiere perder. Nuestros empleados tienen la oportunidad de recoger a sus hijos de la escuela, pasar más tiempo en familia, preparar una cena deliciosa. Cuidamos a nuestros trabajadores“, dice.
Los centros de servicio de Toyota en Goteborg implementaron la jornada laboral de 6 horas para todos sus empleados en 2002, comenta The Guardian, y desde entonces el horario de trabajo no ha cambiado. Uno de los empleados de tal centro de servicio destaca que lleva trabajando ya 8 años y no renuncia, en parte, precisamente por el día laboral corto. “Todos mis amigos me tienen envidia”, dice.
[...] Sin embargo, la dirección de Filimundus señala que el cambio del horario laboral en sí no trae consigo ningún costo. ”Los empleados son igualmente eficientes cada día. Por supuesto, ha pasado que en un momento necesario la persona adecuada no se encuentra en la oficina, pero lo mismo podría pasar en la jornada laboral de 8 horas. Aquellas empresas que siguen apegadas al horario de 8 horas, y lo sustentan en el alto costo que les generaría la reducción de la jornada laboral, piensan que un empleado es 100% productivo durante las 8 horas en la oficina, pero no es así“.
Los empleados de Filimundus reconocen que con el cambio de horario empezaron a sentir más energía. ”Mis compañeros me dan fuerza. Veo que cada día entran a trabajar felices y salen también felices. No se sienten cansados. Se disminuyó la cantidad de discusiones y conflictos en el equipo. Todos somos felices“, comenta uno de los empleados.
Entonces, ¿Deberíamos trabajar 6h?