Hoy, llego felizmente a casa, y, de la misma manera que en su momento sintonicé La 2 para ver el debate sobre la reforma del estatuto de euskadi, esperaba poder ver el debate sobre l'Estatut d'Autonomia valenciano.
Y qué me encuentro?
Pues que en una falta de respeto de proporciones épicas, no se está emitiendo.
Estoy hastiado de que la reforma de nuestro estatut, se esté utilizando para desviar la cuestión una y otra vez al mismo tema, el que de verdad interesa: l'estatut de catalunya.
Me da lástima y rabia ver la poca importancia que se nos da a los valencianos, para ser incluso incapaces de retransmitir por el segundo canal de la televisión pública el debate sobre la norma fundamental valenciana.
Me da sencillamente asco, que se nos ningunee, desviando el tema hacia otros estatutos, incluso cuando estamos debatiendo el nuestro.
Un debate, que, os informo a los que no lo podeis ver, está siendo, al menos para mi, vivo y interesante.
Que está dando una visión plural de la sociedad valenciana, principalmente a través de la voz de Agustí Cerdà y de Isaura Navarro, intervenciones ambas, que a mi, me han erizado la piel, y me han hecho sentir un poco mas orgulloso de ser valenciano.
En fin, en definitiva, me parece lamentable lo que estoy viendo por parte de los dos partidos mayoritarios.
Y llevado por mi ira, he decidido redactar una carta para envir al grupo RTVE:
Hoy, en un día importante para todos los valencianos, me he sentido decepcionado por el grupo RTVE, la televisión “de todos”.
Cuando uno ya está acostumbrado a que la relevancia política de su comunidad sea mínima, ya no se siente sorprendido al ver, día tras día, como los informativos de la televisión pública ignoran toda noticia relacionada con su comunidad, excepto aquellas referentes a los sucesos más truculentos.
Uno ya no se siente sorprendido al ver como en sus informativos, haciendo gala de su mentalidad eminentemente centralista, se ignoran los 3 nombres oficiales para nuestra comunidad (Comunitat Valenciana, País Valencià y Regne de València), para utilizar formas alejadas de toda norma legal, o consenso estatutario, tales como el despersonalizador “levante”, o “valencia” (a secas).
Pero, uno, que se siente ya curado de espanto, lo que no se espera es que una televisión pública sea incapaz de guardar las formas más elementales de respeto y consideración, ante una comunidad que se siente tan importante como cualquier otra.
Yo, en un acto de ingenuidad pueril, esperaba, tal y como hice en su momento con el debate sobre la reforma del estatuto vasco, poder ver esta tarde el debate sobre l’Estatut valenciano a través de alguno de los dos canales de televisión de los que dispone su grupo, de la misma forma que, no me cabe duda, en un futuro podré asistir a través de la televisión pública estatal al debate sobre la reforma de l’Estatut de Cataluña.
Pero, inexplicablemente, y a raíz de alguna norma, ley, o reforma constitucional que ha debido pasar inadvertida para mi, he descubierto que existen autonomías de primera y de segunda, autonomías que interesan, y otras que no.
Atentamente, un valenciano desilusionado.