#32 Puede ocurrir, pero antes tendrías que pararte a valorar la moral y sus variables como tal, y analizar cuanto camino queda para que pierdas tu propia moral, pues pareces haberla vendido antes de tiempo.
Coraje o cobardía. Para ti los etarras deben ser muy valientes al ser fanáticos, su capacidad de insistencia te abruma y te hace pensar que no se puede hacer nada contra ellos. Crees que por ser más fanáticos tienen que insistir más que tú. Estás seguro? Seguro que tienes que exigirte ser menos valiente que aquellos que amenazan tu vida y libertad? A priori tu deber es serlo por lo menos igual.
Si ellos tienen voluntad de continuar indefinidamente la lucha hasta conseguir lo que quieren, tu deber es tener exactamente esa misma voluntad si es necesario.
Crees que estás siendo al menos igual de valiente al decir que da igual a cuantos se detenga que SIEMPRE (recalco el argumento irracional del siempre, sin límite) tendrán repuestos de sobra? A mí no me lo parece.
Crees que si no miras la ETA de hace 10, 15, 20 y 30 años no has ganado muchísimo y ETA ha perdido muchísimo? Quién tiene que estar más cerca de la desmoralización?
La desmoralización es humana y comprensible llegado un momento, lo tuyo parece más bien tirar la toalla con el partido 4-1 a tu favor en el minuto 80.
Tu concepto de justicia</B>. Lo que aumenta el coraje y la moral es creer por lo que se lucha, y cuando aquello en lo que uno cree es atacado e incluso derrotado, no se desmoraliza en un primer momento, sino que se indigna y enardece. Sin embargo como dije antes, siempre hay un punto en el que uno se desmoraliza inevitablemente ante la derrota obstinada y pertinaz.
Los terroristas pueden creer mucho en aquello por lo que luchan, y por supuesto creer que es justo. Incluso creerán que están defendiéndose.
Tú hasta puedes llegar a pensar que aquello por lo que luchan no te incumbe, que en verdad luchan por un trozo de tierra que te queda lejos, y lo hacen para que no te metas en sus asuntos de allí, sin importarte la vida y la libertad de aquellos que sí viven allí coaccionados y amenazados de muerte.
En cualquier caso, si las ideas no te importan, tu problema con ellos puede reducirse al simple uso de la violencia como fuente de política. Tienes pues que luchar contra ellos, pero tienes que luchar con otros métodos, unos métodos que la historia ha intentado dar a luz para evitar ante todo la violencia y el asesinato como expresión de un conflicto. Tú no vas a pegar tiros en la nuca ni poner bombas en sitios públicos. De hecho, ni siquiera vas a matarles.
Si de verdad tienes dudas de que lo que tú haces es mejor o peor, moral o inmoral, justo o injusto, allá con tu conciencia, yo no las tengo. Sé que un etarra tampoco. El asesinato, nada menos, es la distancia que él omite en su juicio entre su enemigo y él.
Apoyos ajenos. Hace unas décadas el terrorismo estaba mejor visto, hoy que azota a gran parte del mundo se empieza a ver en todo el mundo como la amenaza a la vida y la libertad que en verdad es, completamente fuera de lugar en nuestros tiempos.
Digamos que hoy tienes a tu favor ampliamente esta variable, gran parte del mundo, sobre todo del mundo civilizado que es lo que más te importa, ve cada vez con peores ojos el terrorismo. Sí, hay una tendencia minoritaria a mirar con buenos ojos los terrorismos, sobre todo si son los de otro país, simpatía con el aparentemente más débil, etc. etc. Pero ésta ha ido menguando notablemente a medida que han avanzado los años, por qué no esperar que siga menguando, por muy lentamente que lo haga.
Si estuviéramos en una situación de clara desventaja e impopularidad entendería que sería más complicado mantener tu moral, a ésta sólo le quedaría la convicción de luchar por lo que crees que es justo (pero al no tener apoyo de nadie dudarías hasta de tu cordura). Pero en la situación actual por qué ibas pues, a desmoralizarte tú antes que los etarras? No lo entiendo. Predisposición a rendirte?
Luego podrás tontear con ideas buenistas como "perdón", "piedad", "misericordia", "reinserción", etc. Esas ideas están muy bien tenerlas siempre listas cuando son necesarias, es decir cuando hay a cambio la voluntad de poner fin a la violencia sin contraprestaciones, y ya lo mejor sería incluso que hubiera arrepentimiento. Mezclar esas ideas con voluntad de negociar acuerdos políticos a cambio de dejar de matar, no es sólo ingenuidad, es también negligencia, en algunos casos cínica y miserable.