He usado el buscador, con el título original y las dos primeras frases del texto, si ya estaba lo siento. Lo he robado vilmente de wow-esp.
"Mi nombre es A, tengo 20 años y estoy estudiando económicas. Vivo con mis padres y para ayudar a costearme mis gastos me dedico de vez en cuando a ser gogó, me gusta bailar y se gana dinero. Estoy apuntada a una agencia que me llama cuando surgen oportunidades de algún pase de modelo o como azafatas en algún evento, cosas así.
El pasado lunes 5 de marzo sonó mi móvil y era B para preguntarme si me interesaba un trabajo de unas horas en distrito C unos edificios de Telefónica. ¿De qué va? le pregunté. Ella me dijo que simplemente tendríamos que ir por las mesas del comedor de la empresa ofreciendo piezas de fruta para que los que allí estaban las pelaran, era un concurso organizado por la subcontrata. Como era unas cinco horas y el precio me pareció interesante le dije que sí.
En la facultad puse en el Google “distrito C” para ver cómo se llegaba y todo eso. Me apareció este blog y por eso lo conozco y os escribo porque según ponen lo leen muchos empleados, a ver si alguno se le cae la cara de la vergüenza. Os voy a contar mi punto de vista de lo que ocurrió el 8 de marzo: día de la Mujer.
B y yo llegamos juntas en un autobús que tuvimos que coger en Fuencarral, muy dicharacheras como siempre que me junto con ella. Todo era enorme y no nos pareció un mal lugar para empezar a trabajar cuando acabáramos nuestras carreras. Parecía un sitio muy nuevo y a medio terminar porque había muchos obreros por la zona. Nos dirigimos al restaurante y nos atendió el gerente. Nos comentó lo que teníamos que hacer y dejó para última hora el cómo deberíamos ir vestidas. Mi amiga y yo nos miramos y pensamos que se trataba de una broma, ¿cómo vamos a salir en bolas, aunque sea con unas florecitas pintadas? El gerente se dio cuenta de que nos íbamos a negar y fue cuando nos prometió el sobresueldo si lo hacíamos. Después de una rápida mirada entre nosotras pensé que no habría problemas, a fin de cuentas se trataba de un sitio muy luminoso y con gente educada, seguro que se dedicaban a lo suyo, además habría muchas mujeres.
Para mi fue una experiencia desastrosa que espero no volver a repetir, no imaginaba que los tíos les importase tres pepinos dónde se encontraban ni que les acompañaran sus compañeras de trabajo, ¡qué vergüenza! Desde luego es cierto que los hombres ven dos tetas y pierden el control, da igual que lleven traje como si no. Llegué a escuchar cosas que pensé por un momento me encontraba en un sitio sórdido. Se equivocan con nosotras, para muchos de los salvajes que allí había podríamos ser sus hijas y nos veían como simples objetos sexuales: ¿cómo me puedo sentir si un caballero me pide que me siente en sus rodillas para hacerse una foto?
Esta noche le preguntas a tu hija adolescente si le gustaría mostrar sus pechos a los compañeros del trabajo por una módica cantidad, es muy divertido, a lo mejor así te sacas un sobresueldo, cabrón.
Por cortesía de una de las chicas del espectáculo y nunca mejor dicho."
No voy a defender babosos, ni a peña con las manos muy largas o a gentuza que no acepte un no, pero dicho esto.
A la que ha escrito eso, le está bien la dosis de realidad que le han dado. ¿a la tía le ofrecen hacer de azafata, luego le dicen que enseñe las lolas, no le parece bien, le ofrecen más pasta, acepta y cuando un tío le propone sentarse en sus piernas se rasga las vestiduras (metafóricamente hablando claro) por ello? Acojonante.
Si no se hubiera vendido como un trozo de carne no le hubieran tratado como un trozo de carne.