Trip Report de Psilocibes Cubensis.
Pues llevo un tiempo metiendome en el hilo y tenía pendiente contar mi experiencia, sobretodo para concienciar de la importancia de los Set&Settings. Quizás se haga un poco largo
pero bueno, ahí lo dejo y el que quiera que lo lea.
Ahora hace más o menos un año, pero la experiencia la tengo bastante fresca.
Después de haber probado las trufas y otras drogas, un amigo y yo nos motivamos con cultivar psilocibes, así que contactamos con un tipo que se dedicaba al tema
para comprarle esporas. Nos explicó el proceso (la verdad que se portó bastante bien con nosotros) y nos dijo que para la siguiente semana tendría setas, que si queríamos probarlas
lo avisaramos, así que volvimos a quedar y le compramos dos bolsas con los hongos listos para ingerir que el mismo había cultivado(no recuerdo exactamente cuantos gramos, pero diría que en total en torno a 15).
Pues nada, intentamos planificarlo bien, yo insistí en que teníamos que concienciarnos primero y prepararnos para el viaje, pero ahora sé que lo hicimos todo demasiado repentino
y eso me perjudicó. Mi colega no podía ciertos días así que nos fuimos de acampada al monte unos dos días después. La anterior vez había tomado trufas con otras dos personas
(High Hawaiians, que por cierto me encantaron) pero esta vez éramos sólo dos personas (él era neófito en el asunto) y eso subconscientemente me alarmaba un poco, sobretodo por si
a alguno de los dos le pasaba algo, tenía un backtrip o cualquier cosa (como se suele decir, tres son multitud). Para más inri yo hacía un mes o dos que me había operado de un tumor y aún me encontraba un poco débil,
aunque pensé que la experiencia sería algo positivo para mí (en parte lo fue, pero me equivoqué).
Una vez oí que el viaje comienza antes de tomar la droga, y desde mi punto de vista esa frase tiene toda la razón. Sobretodo porque comienzas a asimilar que vas a tomar una sustancia que alterará tu percepción,
imaginas las cosas que pueden pasar, intentas controlar los miedos y proyectar cosas positivas. Así comenzamos el viaje, con una guitarra, una maleta en la que metí pinturas y pinceles,hojas, un microscopio, un Otamatone (es un instrumento japonés), un palo
decorado con plumas, obsidiana y otros elementos; como un tótem en el que materialicé mis ideas positivas esperando que a la hora de viajar funcionase como un recordatorio de buenas energías (sé que es un poco magufo), ropa de abrigo y los hongos dentro de una bolsa.
Compramos cosas para subsistir y nos pusimos en marcha. Como dato curioso diré que antes de subir al monte ví a una pareja de guardia civiles y dije de broma dentro del coche "tenemos hongos, cabrones" (obviamente no me escucharon) y al estar subiendo esa misma pareja nos paró en un control.
Nos preguntaron si teniamos algo, le dijimos que no (pero en realidad si) así que le acabamos dando un porro de maria que teniamos. Cuando me abrieron el forro de la guitarra y miraron dentro del agujero yo empecé a ponerme nervioso, así que acabé confesando (no sabía que clase de multa podía llevarme por tener hongos alucinógenos, aquí no son legales)
y enseguida se le iluminaron los ojos como si fuera un perro que acaba de encontrar un premio. "Ves, esque lo sabía, si esque se te notaba, blabla" total, que le di la bolsa y no sabian lo que era, y como en ningún momento dijimos "hongo alucinogeno" sino "psilocibes" no sabían lo que era (de hecho varias veces me preguntó que de qué planta salía).
Enfin, que me enrollo. Pero para contar la experiencia la quiero contar completa. Aprovechando su ignorancia el perspicaz de mi amigo le dijo que era para hacerse infusiones relajantes así que nos lo devolvió y nos fuimos (con un cierto porcentaje de mal rollo añadido, eso sí).
--------------Comienzo-------------------
Llegamos a la zona de acampada, buscamos un buen lugar, y montamos todos los bártulos. Sobre las tres de la tarde consumimos aproximadamente 5 gramos cada uno de Psilocibes Cubensis en infusión (es decir, los trozos semi-hervidos en agua). Comenzamos a dibujar porque me pareció buena idea estar entretenido en lugar de esperar a que los efectos se hicieran
tangibles. Creo que una media hora-cuarenta minutos después empecé a sentir una inquietud(una inqietud agradable) que trepaba por mi estomago hasta que desembocaba en un ligero embotamiento en la cabeza. Poco a poco sentí que el hecho de pintar era algo demasiado ordenado; a veces me entraban ganas de lanzar el pincel y las hojas por los aires así que deje de dibujar.
Esa "inquietud" se acrecentaba por momentos y cuando miré a mi amigo sentí que él tambien le estaba subiendo. Ambos estabamos poseidos por esa risilla nerviosa resultado de sentir como se altera la percepción de la realidad.
Yo realmente estaba un poco preocupado por él, porque cuando había tomado trufas lo hice con gente que se preocupaba por mí y yo quería que el estuviera agusto (y porque no, tambien me daba miedo de que tuviese un mal viaje y a mí tambien me afectara).
A la hora y media ya los efectos se hacen completamente presentes y es cierto que casi la mayoría de los miedos desaparecen, pienso que también porque como ya lo tomaste, esa espera de días y ese miedo a que te sienten mal desaparecen.
Yo creo que a mi me pegó mas duro porque estaba en ayunas, mi amigo había comido unas horas antes, así que aquí encontre el primer problema; es una experiencia compartida, pero al ir a ritmos diferentes puedes sentirte un poco disociado. Aparte que el es más reservado que yo así que estuvo callado, tranquilo mientras miraba hacia arriba. De vez en cuando hablábamos
y es verdad que al mirarnos a las caras a veces llegué a sentir que teniamos un poco de miedo (los ojos se tornan muy expresivos).
Uno de los efectos que tambien noté es que aprecias la fractalidad de la naturaleza muchísimo más, en las ramas, en las telarañas..., creo que realza la capacidad de percepción numérica de los elementos a nivel subconsciente (claro que esto es impresión mía, todo es desde mi punto de vista).
El clima no paraba de cambiar y a veces era el sitio más neblinoso del universo y otras un lugar de paz muy cálida, algo que disfrutas mucho son los rayos del sol llegando a tu cara entre las ramas, sobretodo si hace frío.
No sé cuanto tiempo pude estar con los ojos cerrados, pero pienso que es el momento en el que siempre me vienen las cosas más reveladoras o conclusiones un poco más trascendentales, es una lástima que no recuerdo muy bien.
A las tres horas (más o menos) me di cuenta de que llevaba sentado muchisimo tiempo y no habia aprovechado en ir a explorar, asi que me levanté (lo cual fué toda una experiencia) y fuí a pasear torpemente por el bosque.
Podría decir que justo en este momento estoy en fase de "desprendimiento del ego". Yo soy uno con el todo y soy este bosque, al igual que el aire que respiro y el sol que me calienta. Abracé los árboles (es algo que siempre me ha gustado hacer) y sentí como corría por dentro su energía, estaba vivo al igual que yo. A pesar que no podía soltarme del todo creo que fue uno
de los momentos en los que más me he sentido conectado al mundo. Recuerdo que miré el sol por un rato a través de la niebla, y aquí empiezan a aparecer algunas "paranoias".
Tengo entendido que con los psicodélicos es común experimentar cambios de color en la visión, etc. Ya me había pasado en el anterior viaje que al mirar al sol durante un rato lo veía de color fucsia. En este me pasó lo mismo. Después de quitar la mirada me quedé viendo una porción del bosque de color amarillo, pero no me preocupé porque se que es lo de siempre per magnificado
(como cuando miras una luz mucho rato y quitas la mirada). Luego me encontré buscando algo de color violeta entre la tierra del bosque hasta que me dí cuenta de que no existía, era esa mancha pero en el suelo xDD. Durante todo esto mi amigo esta tumbado un poco pálido (yo iba y le preguntaba como estaba de vez en cuando, también hablábamos sobre la vida y cuestiones existenciales).
Luego recordé todos los artilugios que había llevado para entretenerme, intenté afinar la guitarra, mirar cosas con el microscopio, etc, pero derrepente me encontré sobreexcitado al intentar abarcar tanto. Recuerdo que entre la niebla derrepente apareció un dálmata y el choque de texturas fué brutal. De la niebla y las cortezas marrones y verdes verticales apareció aquella criatura
blanca con manchas negras y flipamos. Y aquí recuerdo que empezó a torcerse la cosa. Tras el dálmata venian dos personas (supongo que campistas) que amablemente nos saludaron, y al devolverles el saludo sentí como si la burbuja mística en la que estábamos se hubiera roto. Me sentí vulnerable y expuesto, mi amigo y yo ibamos a ritmos diferentes y sentí que estaba flipando yo solo, me cuestioné mi propia percepción del viaje.
Lo contemplé allí, de alguna manera me pareció impasible, y al intentar empatizar como estaría viviendo la experiencia dudé de la mía propia, de alguna manera me sentí ridículo, creo que me sentía tan liberado de percepciones (comunes) humanas que al imaginar como el me estaría viendo caí de golpe, y tener que aterrizar en el ego de nuevo fué como
entrar en una cárcel muy pequeña e incómoda, desde aquí en adelante el viaje fué considerablemente a peor. Fuí invadido por una sensación de ansiedad, basada en motivos ilusorios, ya que mi amigo estaba muy agusto (luego hablé con el) y como si de un TOC se tratase volvía a mi la sensación de intranquilidad y la necesidad de efectuar un ritual mental para calmarme. Luego conseguí estabilizarme y poco a poco fué cayendo la noche.
Durante todo el viaje estuve con una lima (fruta) que había comprado para disfrutar de su olor y textura, a la cual, del nerviosismo, la traté como una pelota antiestrés y acabó explotando entre mis manos. Al oscurecer comencé a comer porque sinceramente quería que se me pasara ya el efecto (se me estaba haciendo largo y ya debíamos llevar seis horas).
Y aquí comenzaron los horrores. Lo primero fué que la luna salió entre los pinos y yo la veía COMPLETAMENTE ROSADA. No sé si a alguien le habrá pasado pero parecía el día del juicio final. Fué algo que asimilé y supe que fué por mirar al sol y que se acabaría yendo (así fue, pero tres dias despues). Luego miramos el móvil y eran las 11 de la noche. Yo estaba cansado, así que me tranquilicé y dije "bueno, dentro de un rato nos acostamos y ya mañana estaré bien".
Y he aquí el dato que me trastocó. Al rato miramos el móvil y eran las ocho de la noche. Algo había pasado (que aún no entiendo bien) junto con la radio que habiamos traido que no paraba de hacer sonidos raros y emitir interferencias. Bueno, todo se había vuelto un poco raro pero era llevadero. Trataba de controlarme y estar serio ya que estaba los dos solos en mitad del monte a oscuras.
Entonces se me ocurrió hacer una pequeña hoguera, ahora que lo pienso por todo,el instinto primitivo de espantar a las fieras, quizás por la sensacion inconsciente de seguridad, o entretenernos en algo (menos mal que no la hicimos,era una malísima y negligente idea). Entonces mi amigo y yo comenzamos a recolectar ramas a oscuras. Tronco por aquí, tronco por allá. Y he aquí el comienzo de la pesadilla: mientras recojo una rama oigo un terrible aullido (como de mil perros a la vez y cien demonios enfadados).
Me quedo helado pero digo; "a ver, todo tiene una explicación, no te preocupes". Entonces me acerco a mi amigo y le digo: "oye, ¿tú por casualidad acabas de oír eso?"
y esta imagen la recordaré por siempre xD: estaba agachado, me mira serio y me dice "hmm" mientras asiente y los dos nos miramos, y derrepente oigo el peor alarido que he escuchado en toda mi vida: "UUUUUUUUUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH...."
En mi mente psilocibia en ese momento sonaba como si una criatura llevase durmiendo miles de años bajo una capa de hielo y acabase de despertar enfadadisima. Era una mezcla de muchísimos aullidos de perros con gritos de muerte por desmembración que, por si fuera poco
nos rodeó completamente ya que nos quedábamos en una caldera volcánica. Ahí algo se activó en mi cerebro y me volví paranoiquísimo. Aquí abundan las historias de los desaparecidos en el monte, de sectas que hacen rituales, de ovnis y mil mierdas que en ese momento se fusionaron para joderme el cerebro.
"Vámonos, vámonos, vamonos" y mi amigo que es mas tranquilo me decía que si nos quedábamos quietos y callados no tenia por qué pasar nada, que si habia algo ahí lo peor que haciamos era movernos porque nos verían y vendrian a por nosotros (no le faltaba razón). Y yo con un palo en la mano por fuera de la caseta esperando a que vinieran a matarnos ya. Fué muy jodido, fuí presa del pánico y un sentimiento irracional de supervivencia se me accionó en el cerebro.
Y por si fuera poco viendo la luna rosada. Una locura muy rara. Al final lo convencí para que nos fuéramos de allí y menos mal que sabia orientarse entre los árboles porque si es por mí me pierdo y muero de terror. No paraba de pensar en mi familia, en que no queria morir ahí y que los quería volver a ver xD. Me cargué encima todo lo que pude y comenzamos a bajar hasta donde habíamos dejado el coche, que no era cerca.
La ida fue agónica, recuerdo ver la luz de un coche y pensar que ya venían a por nosotros, una locura. Una mezcla de manías persecutorias y terrores nocturnos que no me gustaria volver a revivir. Pero lo mejor fué cuando llegamos a la parte de abajo, que nos dimos cuenta de que había un grupo como de 20 chicos jugando a las cartas, y cuando hacían alguna broma todos gritaban al mismo tiempo y el sonido viajaba en la oscuridad deformándose a través del eco de las montañas hasta mi castigado cerebro psicodélico y paranoide. Mi imaginación se volvió contra mí.
Una vez en el coche ya estaba mas tranquilo y me disculpé con mi amigo por si le había jodido el viaje, pero claro, las condiciones del mismo fueron en parte su culpa, ya que fué precipitado porque él no podía en otra fecha.
La vuelta a casa fué un alivio, mientras aquella luna rosada me perseguía por el retrovisor. Al llegar me sentí feliz de estar a salvo y de momento no he vuelto a probar psicodélicos. Es una pena porque no me gustaría que ese viaje me condicione para siempre, aunque de cierta manera lo hizo. Tambien cabe recalcar que hacía poco que me había operado de un carcinoma y me encontraba débil.
Esto es un tochaco que seguramente no se lo lea ni Perry, pero bueno, aquí queda para la eternidad y la búsqueda de sabiduría del que llegue. No se precipiten y preparen el viaje con calma. Conciéncense bien y deseen buenas cosas, háganlo en un entorno controlado y con gente de confianza, a ser posible mínimo tres, y preparen una banda sonora agradable.
Y para acabar planteo una pregunta. Tras esto noto que me quedé con cierto mal rollo en el cuerpo, aunque no he tenido efectos permanentes ni cosas por el estilo. ¿Me recomendaríais volver a viajar para, digamos, purificar los sentimientos de este ultimo viaje que tuve? Realmente es algo que creo que puedo disfrutar mucho y me apena alejarme de ello por miedo.
Un saludo MV.