Claro que sí, y aportan seguridad también:
No confundas que grandes genios de la historia consumiesen drogas o fuesen alcohólicos, con fuente de inspiración. Si tomaban esa mierda era porque se sentían marginados por la sociedad y muchos estaban inmersos en profundas depresiones. ¿Su inspiración? Lo que les hacía más daño, mujeres, depresiones, problemas con la familia, otros tenían problemas mentales, reflejaban su frustración con la sociedad, etc.
Es que vamos, es absurdo pensar que la genialidad de Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Allan Poe, Dostoyevski, Rubén Darío, Quevedo, Lope de Vega, Valle-Inclán, Oscar Wilde o Hemingway, entre otros muchos, venía del alcohol o de las drogas.
De hecho escribían en sus momentos de sobriedad, porque obviamente, con un pelotazo del 15 resulta imposible escribir algo coherente, ya sea borracho, fumado, colocado de morfina, o de opio. Consumían porque unos eran unos bohemios, otros querían olvidar, sentían que no encajaban, tenían depresiones, se movían por ambientes que no debían, y otros simplemente deseaban morir.
¿Cómo escribiría Baudelaire esto estando ciego?
Por divertirse a veces suelen los marineros
cazar a los albatros, aves de envergadura,
que siguen, en su rumbo indolentes viajeros,
al barco que se mece sobre la amarga hondura.
Apenas son echados en la cubierta ardiente,
esos reyes del cielo, torpes y avergonzados,
sus grandes alas blancas abaten tristemente
como remos que arrastran a sus cuerpos pegados.
¡Este viajero alado, oh qué inseguro y chico!
¡Hace poco tan bello, qué débil y grotesco!
¡Uno con una pipa le ha chamuscado el pico,
imita otro su vuelo con renqueo burlesco!
El Poeta es semejante al príncipe del cielo
que puede huir las flechas y el rayo frecuentar;
entre mofas y risas exiliado en el suelo,
sus alas de gigante le impiden caminar.
Lo dicho, absurdo.