En todas partes se habla mucho de las consecuencias de toda esta situación, pero se suele tratar sólo lo más evidente: lo sanitario, la economía o el empleo. Sin embargo, la crisis de esas 3 áreas y las medidas de distancia social también han creado unos daños a nivel personal y psicológico. Y a pesar de lo mucho que nos afectan como personas, no he visto hablar mucho de ello.
Las medidas a las que nos han sometido, por más que fueran necesarias, han puesto limitaciones muy importantes a nuestra vida. Frente a la salud y la economía parece que nuestra vida personal o social es "poca cosa", y se toma como un pequeño sacrificio que ni se menciona. Pero sin embargo, durante un plazo de bastantes meses (y aún sin fecha límite) se ha condicionado muchísimo nuestra vida social, nuestras relaciones con los demás, nuestros proyectos personales, nuestros planes de ocio... Los efectos de todo esto sobre la salud psicológica de las personas pueden llegar a ser muy duros y muchas veces las personas se afligen y sufren en silencio.
Ya el confinamiento de los primeros meses tuvo muchos efectos sociales negativos. Familiares y amigos a los que no podíamos ver, matrimonios rotos por forzar una convivencia a malas. Parejas recién creadas que la separación rompió. Bodas y nacimientos que no se pudieron celebrar. Muertos a los que no pudimos acompañar ni despedir. Muchos quedaron en situación laboral precaria y cayeron en la ansiedad. Y a muchas personas que antes ya sufrían depresión o pensamientos suicidas, dejaron de supervisarlas a pesar del riesgo de que empeoraran.
La desescalada fue paliando en parte todo esto. Pero incluso a día de hoy, en supuesta "normalidad" y ya sin plazos ni fechas, todavía hay muchas limitaciones a nuestra vida normal que pueden hacer mella en nosotros. Podemos visitar a nuestros abuelos, pero tienen miedo y no les damos besos ni abrazos. Se pueden celebrar bodas, pero con distancias y sin el baile. Podemos irnos de vacaciones, pero hay aforos en las playas y si hay algún positivo nos pueden confinar. Y eso por no hablar de algunos que no han podido abrir todavía sus negocios, como por ejemplo academias de baile en pareja donde es inevitable el contacto.
Hay también cosas que todavía no vamos a poder hacer durante bastante tiempo. El ocio nocturno y de fin de semana está muy limitado. No hay fiestas en los pueblos. No hay festivales de música. Todo esto también nos hace darnos cuenta de algo muy importante: Podemos hacer bastantes planes con nuestros amigos y la gente que conocemos, pero las opciones de conocer gente nueva se han reducido muchísimo.
¿Y a vosotros, os ha afectado esta crisis en lo personal? ¿En lo psicológico? ¿En vuestra vida social?