El fotoperiodismo español, a la cabeza en calidad, a la cola de reconocimiento.
No solo los grandes científicos cogen sus maletas. Los periodistas, y en concreto, los fotoperiodistas continúan marchándose o trabajando para medios extranjeros. El maltrato hacia esta profesión contrasta con la gran calidad de esta generación, ganadora de premios tan importantes como el World Press Photo 2012 (Samuel Aranda por su trabajo en Yemen) o el Pulitzer (Manu Bravo por Siria) entre otros.
Samuel Aranda, un tipo al que nadie quiso en España hasta que le dieron el premio, pero que ya habían reconocido su calidad, puesto que trabajaba para New York Times es uno de los ejemplos de este periodismo tan acorde con la mentalidad arcaica y retrógrada del estado español. Grandes medios que intentan buscar fotografías gratis a pesar de su bajisima calidad, mientras su director gana 13 millones de euros anuales. Que funcionan a base de becarios, subcontratación de autonomos y precarización del trabajador.
Os voy a dejar una entrevista a un periodista que viajó a Siria, muy esclarecedora, y de la cual saco este pequeño extracto:
"Cuando estalló el conflicto sirio, entré en Siria junto con Ricardo García y Javier Espinosa. Fuimos los primero de todo el mundo. Antena 3 nos dijo que lo que le ofrecíamos ya lo tenían gratis en Youtube. Fuimos a la oficina de Reuters en Madrid. Nos felicitaron por el trabajo realizado y nos lo compraron. Estaban hasta los huevos de publicar imágenes de Youtube."