Documento de OMNIUM, donde encontrarás una selección de 8 preguntas con sus respuestas, hacia el qué y el cómo de la Cataluña Independiente.
1 La Cataluña independiente, expulsada de la UE?
La amenaza española que la Catalunya independiente sería automáticamente expulsada de la Unión Europea (UE) es sólo un espantajo. El futuro Estado catalán no debería completarse hacia pesado e interminable proceso de adhesión, de la misma forma que tampoco debería hacerlo la España resultante. Barcelona y Madrid jugarían en igualdad de condiciones en la escena internacional, así que también los catalanes pueden asustar a los españoles replicando a que la secesión les dejaría fuera a ellos. Esto, al menos, es lo que se desprende del estudio del profesor de la Universidad de Stanford Antoni Abad. «España sin Catalunya no es la sucesora automática del actual Reino de España en el mundo, estas sucesiones siempre son negociadas», defiende Abad, basándose en las disoluciones de la Unión Soviética, Checoslovaquia o la antigua Yugoslavia.
El premier de Escocia, Alex Salmond, lo ve igual de claro: «La idea de que el Reino Unido pueda vetar Escocia en la UE es un disparate, porque de la misma manera Edimburgo podría vetar Londres», advierte el aspirante a convertirse en el 28 º socio del club. Pero Europa sólo avanza a golpe de crisis: si hay necesidad de que un tsunami financiero ahogue su economía para reaccionar y atar corto a los bancos, todo hace pensar que no se planteará su ampliación interna hasta que alguna nación no declare su independencia.
«No comment», responden siempre los portavoces de la Comisión Europea cuando se les pregunta si se haría fuera los catalanes o escoceses independientes. El derecho internacional, y en concreto la Convención de Viena, prevé que si una región se independiza puede decidir libremente si hereda o no los derechos y deberes suscritos por su exestat, como la pertenencia a la UE. Pero, políticamente, una declaración de independencia sería una bomba, un dolor de cabeza que los eurócratas no se quieren ni imaginar. Por ello, aunque legalmente no parezca del todo necesario, las fuentes consultadas apuestan porque, en caso de secesión, Cataluña o Escocia completen un proceso de adhesión por la vía rápida, como un formalismo, negociado antes con Madrid y Londres. «No nos importaría, pero debería ser corto, porque ya formamos parte de la UE y aplicamos su legislación», apuntan desde la oficina del primer ministro Salmond. Los tratados fundacionales de la UE no prevén el caso de secesión, sino sólo la posibilidad de que las colonias de los Estados independicen. El investigador de la Fundación Robert Schuman Thierry Chopin explica que «el único precedente que se le parece es el de Groenlandia que, aunque sigue formando parte de Dinamarca, al conseguir su autonomía decidió que los tratados de la UE no se le aplicarían, como ocurre en las islas Feroe o en otros territorios de ultramar ».
En cualquier caso, ya hacen bien, los pueblos y ciudades que organizan consultas soberanistas de especificar los boletos de voto que el futuro Estado catalán estaría «integrado en la UE». El profesor Abad avisa que todo documento fundacional es una excelente oportunidad para ligar Cataluña a la Unión: «Cualquier nueva normativa catalana», aconseja Abad, tiene que dejar bien claro que Cataluña «asume la supremacía del derecho comunitario» y tiene una « voluntad firme de mantener la estabilidad en las relaciones internacionales y el respeto a los derechos fundamentales ». También debería expresar su voluntad de «respetar la Carta de Naciones Unidas”.
«Sería un ingreso rápido, como el de Islandia», asegura en relación con Escocia Hugo Brady, del think tank Centre for European Reform, convencido de que «el Tribunal de Luxemburgo difícilmente permitiría que anula • anulara la ciudadanía europea a los escoceses» . El profesor Abad no puede estar más de acuerdo. A siete millones y medio de catalanes, sentencia su estudio, no se les puede dejar, de un día para otro, sin los derechos fundamentales que tienen como ciudadanos europeos: libertad de movimiento de personas, bienes, capitales y servicios, posibilidad de votar en municipales y europeas y pertenencia al mercado interior y el euro.
2 Habría recuperar los cruzados o las monedas ampuritanas para sustituir el euro?
Alemania amenazaba antes del verano con echar del euro a los socios que se endeudan más de la cuenta y no controlen sus números rojos. Merkel tiene en Grecia, España o Portugal en el punto de mira, pero los tratados no prevén que se pueda expulsar a nadie de la moneda común. La Cataluña independiente no sería ninguna excepción: no debería recuperar los cruzados, la moneda abolida por los decretos de Nueva Planta, los florines de oro de Aragón, ni las monedas ampuritanas del siglo V aC. El euro incluso «allana el camino de la independencia, porque los españoles ya no nos controlan nuestra moneda», celebra el profesor de Economía Política de la London School of Economics Joan Costa Font. «Si la zona euro tuviera que elegir entre España y Cataluña haría fuera España, porque Cataluña es el socio económico ideal, tiene mucha más estabilidad fiscal que el resto de autonomías y está muy sincronizada con Alemania», explica Costa Font. «La secesión no cambiaría absolutamente nada, si todavía tuviéramos la peseta sería un desastre, porque deberíamos crear también nuestra propia moneda», añade, recordando que si no fuera por Cataluña y Madrid, España no hubiera podido adoptar el euro en 2002 . Excluyendo Cataluña del euro también estaría perjudicando el resto de europeos, que ya no podrían pagar con la moneda común y ejercer los derechos que ahora tienen en el Principado.
No está nada claro, sin embargo, si el futuro Estado catalán podría tener, ya de entrada, una silla al Banco Central Europeo y si su ministro de Economía y Finanzas podría asistir e intervenir en las reuniones del Eurogrupo en Bruselas • las o si España pondría impedimentos y los catalanes deberían participar de la moneda común, como lo hacen los kosovares o los montenegrinos. «Andorra entró de facto al euro y hasta ahora no ha negociado un acuerdo monetario con la UE, aunque duda si le conviene o no, por las exigencias de Bruselas, sobre todo en materia de supervisión del sistema financiero» , recuerda el profesor del IESE y el UIC y consultor experto en integración europea y relaciones económicas internacionales Víctor Pou. «Pequeños estados europeos, como Mónaco, el Vaticano, Liechtenstein y San Marino tienen acuerdos monetarios con la UE», apunta Pou.
3 El Estado catalán, base del ejército de los Estados Unidos?
«El primer paso para la independencia sería llamar a la secretaria de Estado norteamericana y ponerle el país a disposición por si algún día necesitan lugar para aparcar». Con esta frase provocativa, el líder de Reagrupament y ex conseller Joan Carretero defiende la necesidad de que la Catalunya independiente sea reconocida por otros estados y, en especial, por la Casa Blanca. El ex vocal del Consejo General del Poder Judicial Alfons López Tena explica que «ofrecer bases militares tenía sentido hace cincuenta años, pero ahora es irrelevante porque los Estados Unidos no las necesitan» y apuesta por lograr el apoyo de Washington “por la vía de la democracia y del apoyo al derecho de autodeterminación de los pueblos ». La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, aseguró que Estados Unidos «no interferirán» en el caso de una supuesta independencia de Cataluña, Escocia o Gales, respondiendo a una pregunta que le hizo a Bruselas las del asistente de un eurodiputado galés.
Si el Estado catalán no quiere ser una excepciones al mundo deberá tener ejército. «La normalidad es tener ejército, para formar parte de la UE tienes que contribuir a la seguridad común y garantizar tu propia», advierte López Tena, notario y presidente del Círculo de Estudios Soberanistas. Sin embargo, «esta decisión de si tener o no ejército y de qué perfil tendremos que tomar una vez hayamos alcanzado la independencia, porque si no existes no puedes decidir», defiende.
La adhesión a la OTAN, en el caso de que los catalanes lo quisieran, se debería hacer siguiendo la misma vía que el ingreso en la UE. Los Mossos d’Esquadra, añade López Tena, «podrían por fin incorporarse a la Interpol y superar el veto de la Guardia Civil y la Policía Nacional españolas».
4 En una Cataluña independiente, en qué liga jugaría el Barça?
Una pregunta similar se debían hacer los seguidores del equipo de baloncesto croata del Cibona de Zagreb o los del Olimpia de Ljubljana, en Eslovenia, o los de la Estrella Roja y el Partizan de Belgrado cuando el desmembramiento de la antigua Yugoslavia estaba a punto de convertirse en una evidencia. Hoy, los cuatro equipos compiten en la liga adriática de baloncesto y se enfrentan con los principales conjuntos de los estados vecinos. La explicación, según el director adjunto de El 9 Esportiu, Luis Simon, es clara: «La rivalidad significa ingresos para todos, lo que impone no son los sentimientos, sino la economía». Si fuera por el hasta ahora presidente del Barça, Joan Laporta-significado independentista-, el equipo continuaría jugando en la liga española, exactamente igual que el Mónaco participa en la liga francesa .. El equipo incluso llegó a disputar una final de la Champions, en 2004, en Alemania contra el Oporto.
Ejemplos hay otros, como el Andorra, que jugó en la segunda división B española, o equipos de hockey hielo de la Cataluña del Norte, que comparten competición con clubes del otro lado de los Pirineos . «En el deporte, las fronteras no son nunca las mismas», certifica Simon, autor del libro Cataluña contra España. El partido interminable (Cossetània Edicions). La permanencia del Barça en la liga tal como la conocemos hoy dependería, en primera instancia, de la voluntad del club azulgrana, pero, en ningún caso, de la federación española, sino de la Liga de Fútbol Profesional, una entidad independiente que «se mueve por intereses económicos ». Simon es de la opinión que incluso el Madrid necesitaría el Barça. Se retroalimentan golosamente. Lo mismo vale para el Espanyol y para el Athletic de Bilbao.
El prestigioso abogado especializado en derecho deportivo Jean-Louis Dupont, socio del bufete Roca Junyent, prevé que el fútbol camina hacia una liga europea profesional con los grandes clubes y hacia la creación de competiciones en diferentes regiones-superando los estados-como la británica, la de la Europa central, del Este y, en el caso del Barça, una competición ibérica, que englobaría los equipos catalanes, españoles y también los dos o tres principales clubes portugueses.
5 Cataluña podría sobrevivir sola económicamente?
Cataluña no sólo podría sobrevivir fuera de España sino que viviría una eclosión económica comparable a Croacia, que se independizó en 1991 y ya ha multiplicado su PIB por tres, o Eslovenia, por siete. El Premio Nobel de Economía 2004, Finn Erling Kydland, aseguró recientemente que no le sorprendería que si Catalunya fuera independiente “el gobierno catalán tendría más facilidad para demostrar su credibilidad que el gobierno español en su conjunto» en tiempos de crisis económica . «El mismo clima de confianza que permitió a Irlanda crecer espectacularmente durante 20 años», sostiene. Estudios del Círculo Catalán de Negocios (CCN) afirman que la dependencia de España sólo es presunta. En 1990 había 5.000 empresas exportadoras, mientras que el año pasado sumaban 37.000. El presidente de la entidad, Ramon Carner, defiende que España era sinónimo de negocio en el siglo XIX y principios del XX, y que por eso los empresarios catalanes se vertieron, pero que actualmente «España equivale a pérdida».
Más datos: en 1986, el 90% de lo que exportaba Cataluña iba a parar al resto del Estado. Hoy, la relación es: 34% mercado interior, 33% España y 33% exportación al extranjero. En este sentido, el boicot al cava, en 2005, fue un revulsivo para las empresas del sector, que se tuvieron que espabilar para compensar pérdidas de un 6,5% en el mercado español y fortalecer las exportaciones internacionales. De rebote, los ciudadanos, a iniciativa individual, «se pusieron a comprar vinos DO catalanes». «Los vinateros de La Rioja pidieron al presidente del PP, Mariano Rajoy, que detuviera el boicot», recuerda Carner. Por otra parte, según el presidente del CCN, en los países más ricos de la UE les interesa tener un estado próspero e industrialmente potente al sur que haga de motor y de espejo en el resto de países mediterráneos.
Y cuántos puestos de trabajo perdería Cataluña? En una aplicación al 100% de un posible boicot español por la rotura del Estado, Cataluña podría perder 50.000 empleos y 3.000 millones de euros. Por el contrario, ocuparía 90.000 personas en el estado propio y ganaría 22.000 millones de resultas de la eliminación del expolio fiscal. Son los datos que baraja el CCN, que ha realizado el primer estudio por sectores sobre la eventual boicot a Cataluña. Los sectores más perjudicados serían la industria alimentaria, textil, de la madera y el corcho y del papel y las artes gráficas. Con todo, el informe sostiene que esta situación sólo se alargaría durante tres meses.
6 ¿Qué pasaría con las pensiones de los catalanes? Y la deuda pública española?
Que las pensiones quedarían garantizadas automáticamente y que los pensionistas serían más ricos-o menos pobres. Son conclusiones de un informe encargado por el Centro de Estudios Soberanistas a la decana de la facultad de Economía y Empresa de la UB, Elisenda Paluzie, y Guadalupe Souto, del Departamento de Economía Aplicada de la UAB. En el momento de la rotura con España, como que el sistema de seguridad social por el que se rigen las pensiones en España es de reparto (lo que los ingleses llaman pay as go) y no de capitalización, «las cotizaciones que se recaudan en cada momento sirven para hacer frente a las pensiones que deben pagarse en cada momento », asegura Paluzie. Así, las pensiones de los catalanes quedarían cubiertas de entrada. El sistema propio de seguridad social permitiría aumentar el nivel en 174,7 euros mensuales de media y garantizar la sostenibilidad futura del sistema, con la acumulación de un fondo de reserva. En cuatro años, el déficit fiscal actual en el ámbito de la seguridad social debería nutrido este fondo con 13.000 millones de euros. Según Elisenda Paluzie, en caso de independencia, Cataluña debería respingona para negociar con España el regreso de su parte acumulada al fondo de reserva español, pero el día a día estaría resuelto. Todo ello afecta sólo a las pensiones de los catalanes, ya que la sanidad hace años que se financia con los impuestos como un capítulo más del presupuesto de la Generalidad.
En cuanto a la parte de la deuda pública española que le correspondería asumir en Cataluña, se debería negociar con España y variaría en función del criterio que se utilizara. Si se tomara como base la población, sería el 16%. En cambio, si se tuviera en cuenta el PIB el porcentaje subiría hasta el 18,6%. Para repartir los intereses de la deuda a la hora de calcular las balanzas fiscales se tuvieron en cuenta diferentes criterios combinados.
7 La independencia es sólo cosa de los catalanes “de toda la vida»?
Los datos de participación de las personas inmigradas en las consultas sobre la independencia demuestran el interés cierto de este colectivo por el hecho nacional. A modo de ejemplo, el 20 de junio de 2010, los más de 20.000 recién llegados empadronados en Mataró, un 16% acudió a votar. Anna Arqué, miembro de la Coordinadora Nacional para la Consulta sobre la Independencia, describe dos elementos que llevan a los inmigrantes a votar afirmativamente: “el sentido común y la sensibilidad intelectual». En este sentido, las personas provenientes de países con conflictos políticos, dictaduras, democracias débiles y falta de libertades son más receptivos al caso catalán. «Se implican automáticamente», afirma.
Claudia Videla llegó hace seis años en Cataluña procedente de Brasil. Vive en Castellbisbal, en el Vallès Occidental, y se ha implicado activamente en la vida asociativa del municipio. El 13 de diciembre de 2009 formó parte de una mesa electoral de las consultas. «Cuando vine, pensaba que llegaba a España, pero me di cuenta de la existencia del catalán y de una cultura y una historia diferentes y de una identidad propia», relata. Videla recurre también al argumento económico para defender su postura independentista, pero reconoce que la información para valorar la situación «no llega suficiente» a los nuevos catalanes de última generación.
En el caso de los ciudadanos catalanes de origen español, Anna Arqué considera que la existencia de referentes que se decantan abiertamente en favor de una Catalunya independiente es un factor clave a la hora de romper tabúes. Es, con cierta medida, el caso del empresario de la comunicación Justo Molinero-que hace campaña por la participación en las consultas, aunque no se haya pronunciado ni por sí ni por el no-y, abiertamente, del presidente de la La entidad Los otros andaluces y de la Fundación Taller de Músics, Lluís Cabrera: «Hay catalanes que vinieron de varias partes de España que llevan muchos años aquí, han tenido hijos aquí y tienen familiares enterrados aquí y son independentistas, independientemente de la lengua que hablen. ”
8 Cataluña sería necesariamente republicana?
Bienvenidos al Reino de Cataluña. Se da por hecho que independencia y república son indisolubles, pero la tradición histórica lo desmiente. Alfons López Tena recuerda que en el último siglo no se ha creado ningún monarquía en Europa y que, por probabilidad, una Cataluña independiente sería republicana, pero antepone la independencia al modelo de Estado. «El dilema monarquía / república se convierte en una contradicción secundaria que debe resolverse al servicio de la consecución del Estado propio», aseguraba López Tena en una intervención en el Tercer Congreso Catalanista. Es evidente que los independentistas catalanes no son monárquicos y que los monárquicos de Cataluña son partidarios de la casa española, pero el caso del Reino Unido es ilustrativo sobre la posibilidad de que una monarquía cobijan varios estados. A pesar del derrumbamiento del Imperio británico, Canadá o Australia mantuvieron la corona británica como jefe de Estado.
El caso de Noruega es aún más significativo: en el momento de la independencia de Suecia, a principios del siglo pasado, los noruegos eligieron por referéndum convertirse en una monarquía y entronizaron un príncipe danés, de una dinastía históricamente rival de la sueca. Es decir, como si Cataluña hiciera rey un miembro de la realeza británica, rival de los Borbones por el asunto de Gibraltar. Para López Tena, este extremo improbable “daría al Estado catalán un plus de visibilidad” y resume el debate con las míticas palabras de Francesc Cambó: “Monarquía? República: Cataluña ».