Estaba aburrido en casa y mirando mi extensa biblioteca me he acordado de todos esos libritos que me engancharon a la lectura. Creo que podría ser divertido hacer nuestras propias historias...
A disfrutar.
ADVERTENCIA.
De nuestra decisión depende que la aventura constituya un éxito o un fracaso. Somos los responsables del resultado final. Nos corresponde tomar las decisiones. No podemos volver hacia atrás y, por eso, hay que recapacitar antes de decidirnos por una opción. Nuestra elección puede llevarnos al desastre o ¡a un magnífico final!
PROCESO.
Creo que la mejor manera de decidir es votar por mayoría y ver a donde nos lleva el destino..
La cueva del tiempo
Ya habías pasado en anteriores ocasiones por el Cañón de la Serpiente, cuando ibas en bicicleta a visitar a tu tío Howard en el rancho Red Creek, pero nunca te habías fijado en la entrada de la cueva. Parece como si un desprendimiento de rocas la hubiese dejado al descubierto recientemente. El sol de la tarde ilumina la entrada de la cueva, pero su interior permanece en la más absoluta oscuridad.
Das unos pasos hacia dentro para hacerte una idea de su tamaño. A medida que te vas acostumbrando a la oscuridad, empiezas a vislumbrar una especie de túnel iluminado débilmente por algún tipo de material fosforescente incrustado en las rocas. Las paredes del túnel tienen una forma suave, como si hubiesen sido modeladas por el curso del agua. Cinco o seis metros más adelante, el túnel describe una curva. Te preguntas a dónde conduce.
Das unos pasos más. Te pone nervioso estar solo en un lugar tan extraño. Das la vuelta y sales corriendo al exterior. A juzgar por la oscuridad que reina en el exterior, está a punto de desencadenarse una tormenta. De pronto, te das cuenta que el sol ya se ha puesto y que la única iluminación procede de la pálida luna llena. Quizás has debido quedarte dormido un par de horas.
Entonces recuerdas algo que todavía te resulta mucho más extraño: la noche anterior, la luna apenas estaba empezando su cuarto creciente. Empiezas a dudar del tiempo que has pasado dentro de la cueva. No tienes hambre, ni te parece que hayas podido quedarte dormido. No sabes si intentar volver a casa guiado por la luz de la luna o si esperar a que amanezca para no correr el riesgo de resbalar en el escarpado sendero.
OPCIONES.
Si decides volver a casa, pasa a la página 4. [20 votos]
Si decides esperar, pasa a la página 5. [24 votos]
Esperas hasta la mañana siguiente, pero a medida que los rosados jirones del amanecer iluminan el cielo por el este, empieza a soplar un viento helado y amenazador
OPCIONES.
Si buscas refugio, pasa a la página 6. [15 votos]
Si decides soportar el viento para ver lo que hay a tu alrededor, pasa a la página 16. [18 votos]
Trepas resueltamente por un risco rocoso. El fuerte viento levanta remolinos de nieve y choca violentamente contra tu cuerpo. El mundo parece haber cambiado para mal. Si no encuentras pronto una casa o una cabaña con gente que te ayude, no vivirás mucho.
Meditando sobre tu destino, tropiezas y te caes, hundiéndote en una grieta. Pierdes el conocimiento y, al volver en sí, te encuentras en un lugar más cálido aunque todavía sigues tiritando. Por la pálida luz ambarina deduces que, de algún modo, has ido a parar de nuevo a la Cueva del tiempo. Hay un pasaje a tu derecha y otro a la izquierda.
¿Será que uno conduce al futuro y otro al pasado?
OPCIONES
Si entras en el pasaje de la izquierda, pasa a la página 24. [20 votos]
Si entras en el pasaje de la derecha, pasa a la página 25. [12 votos]
Sigues el pasaje de la izquierda. Subes por la pendiente hasta la superficie. Delante de ti se extiende una verde pradera hasta un riachuelo claro, de rápidas aguas y, al otro lado, laderas cubiertas de pinos que se pierden en la distancia hasta unos picos blanqueados por la nieve.
Podrías estar en Wyoming en tu propia época. De todos modos, la época a la que has llegado parece bastante tranquila.
Hay una manada de búfalos paciendo, pero no logras distinguir ninguna casa, valla o carretera, es decir, ningún signo de presencia humana. Puede ser que te encuentres a cientos, quizá miles, de años de tu época.
Miras hacia arriba. Una de las hinchadas nubes que pueblan el cielo se mueve de una forma muy extraña ¡ESTÁ BAJANDO! Con tus propios ojos presencias el aterrizaje de una nave espacial a sólo unos metros de distancia.
OPCIONES
Si te escondes para no ser visto, pasa a la página 38. [22 votos]
Si te diriges a la nave espacial, pasa a la página 40. [25 votos]
Te acercas cautelosamente a la nave espacial y descubres con gran sorpresa que se sostiene a unos treinta centímetros del suelo sin ningún apoyo visible. No tiene motores, tubos de escape, escotillas, tren de aterrizaje, antenas, ni ninguno de los aparatos que se supone que debe llevar una nave espacial. Piensas que debe ser obra de una civilización extremadamente avanzada.
Con la esperanza de que sus gentes hayan desarrollado el sentimiento de amistad hacia los otros seres, te aproximas a la nave. En ese momento se abre una puerta, pero lo único que logras ver de su interior es una fuerte luz azulada.
A través de la abertura aparece un enorme cubo y unas pinzas mecánicas lo depositan en el suelo. La tapa del cubo se levanta, dejando a la vista una especie de lecho donde descansan las figuras dormidas de tres hombres y tres mujeres vestidos con trozos de pieles de animales. Te recuerdan a los dibujos que representan a los primeros habitantes de la tierra. Sientes el impulso de saltar a la nave antes de que se cierre la puerta.
OPCIONES
Si lo haces, pasa a la página 115. [27 votos]
En caso contrario, pasa a la página 83. [3 votos]
Al subir a bordo te encuentras con una cámara cerrada, cuyas paredes te recuerdan el interior de una bañera. Piensas que los seres que controlan esta nave espacial pueden tener algún medio para dominar el tiempo. Quizá la Cueva del Tiempo sea creación suya.
Ocupado con tus pensamientos, empiezas a sentir sueño y te quedas dormido. Te despiertas a oscuras, preguntándote si estarás viajando por el espacio en la extraña nave. Percibes una luz y echas a andar en esa dirección. Entonces te das cuenta que estás ante la entrada de la cueva.
Te apresuras a salir y, con gran alegría, descubres que estás en el Cañón de la Serpiente donde nada ha cambiado. Has vuelto a tu época.
Pasa mucho tiempo antes de que tengas deseos de volver a visitar esos parajes. Cuando lo haces, descubres que la entrada de la Cueva del Tiempo ha sido cubierta por un desprendimiento de rocas. Quizá haya sido mejor así.
FIN