Seguidas sin comer, sin previo aviso y sin que fuera especificado en su contrato
Una enfermera eventual del Servicio Gallego de Salud (Sergas) en Pontevedra ha puesto una queja por escrito denunciando que fue obligada a trabajar durante 31 horas seguidas, sin comer, sin previo aviso y sin que fuera especificado en su contrato, según ha publicado La Voz de Galicia.
Los hechos ocurrieron el pasado 26 de julio, cuando la trabajadora sanitaria tuvo que enlazar su turno de mañana del jueves, de 8 a 15 horas, con una guardia de tarde-noche del jueves al viernes, de 15 a 8 horas. Esta guardia a su vez se encadenó con su horario habitual, por lo que tuvo que trabajar desde las 8 de la mañana del jueves hasta las 15 horas del viernes.
Según relata a La Voz de Galicia la enfermera, que solo se identifica por sus iniciales —S. P. G.—, está cubriendo un bloque de contratos de tres meses de duración en los centros de salud Seixo-Marín, Bueu y Vilaboa.
Al llegar a su casa después del trabajo, la llamaron e informaron de que tenía que cubrir una guardia de tarde-noche en el centro de salud de Bueu. "Me dijeron que estaba obligada a hacerla ya que la persona a la que estoy cubriendo sí las hace", afirma S. P. G., que asegura que estas guardias "son voluntarias".
Desde el Sergas han respondido al periódico gallego que el contrato de sustitución de esta enfermera cubre a una titular que tenía programada una guardia voluntaria. Por su parte, el sindicato Prosagal ha afirmado este lunes que se trata de un caso de "abuso de contratación".
El problema de esto y el más evidente es que en esas condiciones y tras tantas horas, es imposible que nadie rinda bien y tome buenas decisiones, que pueda poner bien una inyección o que pueda asistir bien al enfermo.
Es inadmisible y lo peor es que por lo que se, esto es bastante normal que suceda sin más. Hay que cuidar mejor a quienes cuidan de nuestra salud.