Las sucesivas crisis están golpeando con especial virulencia a los países más empobrecidos. A las dificultades de sus gobiernos para inmunizar a sus poblaciones contra la covid-19 le ha seguido una crisis alimentaria derivada de la guerra de Ucrania. Y para rematarlo, esos países deben lidiar ahora con unos costes de la deuda que no dejan de subir por la escalada del precio del dinero. El Gobierno ha decidido, por ello, inyectar 3.500 millones de euros para los Estados más vulnerables a través del Fondo Monetario Internacional (FMI). “Hemos aprovechado la reunión del fondo para anunciar que España va a aumentar del 20% al 50% su compromiso para recanalizar hacia los países más vulnerables los derechos especiales de giro que han sido asignados a nuestro país”, ha explicado la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, durante las reuniones del FMI y el Banco Mundial que se están celebrando en Marraquech.
Calviño, que también es la presidenta del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI, ha explicado que el anuncio, realizado en el marco de una reunión sobre el fondo para la pobreza, “ha sido acogido muy favorablemente” y posiciona a España “como el país que ha hecho un compromiso más importante para recanalizar estos derechos de giro y prestar apoyo a los países más vulnerables”. “Supone poner a disposición del FMI unos 3.500 millones de euros, reforzando así nuestro compromiso con la ayuda al desarrollo y el multilateralismo”, ha agregado.