Buenas a todos, abro este hilo a raíz de la lectura del Elogio a la pereza (el cual recomiendo leer), así como de varias experiencias personales.
La primera de ellas se trata del ruido que ha originado la posibilidad de la inserción de la Renta Básica Universal (R, el cual ha creado una gran polémica desde que la idea irrumpiera en nuestro país con Podemos en las pasadas elecciones. Detractores y partidarios aparte, la principal razón por la que parece echarse abajo esta idea es que la gente dejaría de trabajar y viviría de su paguita, afirmando que el trabajo dignifica al hombre.
En nuestra sociedad capitalista actual el tiempo es oro (o más bien dinero), por lo que el no invertirlo en algo productivo nos hace sentir que estamos perdiendo el tiempo. Está mal visto el no estar ocupado permanentemente, el no ir corriendo a los sitios o el no estar estresados, y si nos preguntan qué tal vamos seguramente diremos que “liado, como siempre”, aunque la realidad sea distinta, pues un buen profesional no tiene tiempo que perder. Es lo que se conoce como Boreout, el nuevo síndrome laboral (pinchar para leer más sobre ello), el cual está ya afectando a gran parte de la población (contando con la “suerte” que tengas un trabajo, claro).
Es por ello, entre otras cosas, que la sociedad occidental en la que nos vemos inmersos rechaza y ridiculiza a menudo prácticas orientales como la meditación, pues se perciben como una amenaza para nuestro sistema productivo. No estoy diciendo que no se practiquen pero, aunque en los últimos años se ha notado un cierto acercamiento en este sentido, en la mayoría de las veces me da la impresión de que se utilizan como recurso instagramero o propio de modernillos, difiriendo así de su cultura original.
Hace unos años decidí dejar a mitad del primer curso la carrera que estaba cursando, quedándome “tirado” en un ambiente universitario de trabajos y clases. A ver, no voy a quejarme, en ese momento podía permitírmelo y a mis padres no les pareció la mejor idea el volver a casa con ellos para morirme del asco, por lo que seguí con mi vida, pero sin ir a clase. Estos fueron de los peores meses de mi vida, pues sentía que estaba perdiendo el tiempo, literalmente, a pesar de que lo primero que hacía al levantarme era ir al gimnasio y después tirarme horas y horas leyendo libros. Me di cuenta de la importancia de tener un objetivo en la vida (uno cercano al menos, que tenía que repetir parte de la selectividad para ingresar en otra carrera y faltaban meses por delante) y de lo que supone tener mucho tiempo libre.
Otra experiencia que me hizo reflexionar sobre esto fue mi año de intercambio en los Países Bajos. Allí, ya sea porque tengan unos mejores horarios o condiciones laborales (los establecimientos cierran como mucho a las 6p.m.) me di cuenta de que la gente estaba mucho más relajada, más feliz. También influye por supuesto el hecho de que no afecte la crisis como aquí, pero te das cuenta de que la manera en que están distribuidas las horas del día propensa a que no estés todo el día trabajando. Fue este mismo año durante el que menos clases tuve en mi vida: el primer semestre entre 2 y 3 días a la semana, y durante el segundo podía incluso no ir a clase, pues realmente solo servían para conocer cómo iban los proyectos de los compañeros y exponer el tuyo en busca de feedback. ¿Qué pasó? No he trabajado más durante toda mi vida y, paradójicamente, tenía más tiempo libre que nunca.
El sistema educativo es otro rollo. Aquí te mandan mil trabajos teóricos y prácticos y tienes que asistir a un número desorbitado de clases, mientras que allí te centrabas en un solo proyecto. Esta libertad supone una confianza en el alumno, y nosotros al menos fuimos responsables porque nos sentíamos motivados con nuestro proyecto. Una vez de vuelta te haces todavía más consciente de este sistema que en la mayoría de casos no hace más que rellenarte horas y horas de trabajos y clases inservibles, impidiéndo al alumno desarrollarse de manera individual y autónoma.
Bueno, con esto quería explicar un poco mi experiencia sobre el tema para poner sobre la mesa el debate. ¿Creéis que está mal visto tener tiempo libre? ¿Creéis que el trabajo es bueno en sí mismo o solo en la medida en que nos acerca al ocio, lo realmente importante según el primer texto al que me refiero?
Expongan!
EDIT: Otra cuestión que se ha desviado igual por el título del hilo sería si pensáis que hoy en día es necesario seguir siendo productivo en tu tiempo libre, habiéndose creado un cierto "miedo" a no saber qué hacer con él. Aquí os dejo una charla TED sobre el arte de la tranquilidad (o la quietud) que al mí al menos me pareció bastante interesante (con subs en spanish):
Otra manera también interesante de plantearlo sería si está bien visto estar permanente ocupado, que a mi parecer sería algo así al menos.