El viernes 4 de Marzo nuestro hijo llegó del Instituto “Galileo Galilei” en Alcorcón y nos dice que ha sido expulsado durante veintinueve días. Su conducta ha sido intachable en los cinco años que lleva en ese centro. Nunca ha recibido una amonestación y sus notas han sido excelentes. Sabemos que es un alumno muy apreciado por sus profesores. Alarmados, nos presentamos inmediatamente en el centro, y nos informan de los hechos: nuestro hijo entró con su grupo al Aula de Informática para recibir clase de inglés; su ordenador estaba encendido con una sesión abierta del Tuenti (el Facebook de los niños). Un compañero y él escriben mensajes y suben fotos durante la clase de inglés.
Sus padres somos profesores de la enseñanza pública en Madrid desde hace 20 años y sabemos las cosas que suceden en los centros. La convivencia de mil adolescentes da lugar a muchísimas conductas reprobables: acoso, abusos, violencia, drogas... Cuando se detecta dicha conducta, se sanciona. La sanción más grave, conlleva expulsión de clase. La expulsión más grave es un mes. Ejemplos: insultar a una profesora, tres días de expulsión; lanzar una mesa por la ventana ocho días. Y entrar en el Tuenti de otro: un mes. Pero en cada centro las sanciones son totalmente distintas: en otro centro podían haber castigado por estos hechos al que se dejó el Tuenti abierto en una clase. O abrir un expediente a la profesora por permitir lo sucedido. Esto lo decide la Directora. Comprendemos que nuestro hijo sea sancionado, ¿pero lo que él ha hecho es lo más grave posible, el acto que conlleva un mayor castigo?
¿En qué sistema estamos educando a nuestros hijos, que piensan que hacer los deberes es de frikis, que no hacer nada mola, que en ese grupo los profesores no pueden ni dar clase, que yo hago lo que me da la gana, pero mi Tuenti es sagrado? Un mes por “Trolear” un Tuenti. “Trolear” el Tuenti es ponerle la imagen del Troll y mensajes chistosos por imprudente, por dejárselo abierto. ¿Es esto un delito? ¡Por favor, llévenme ante un juez y que él me lo diga! No es “suplantación de identidad”, no hubo ningún tipo de mala intención. No es acoso: no conocían al dueño del Tuenti. ¿No se están sacando las cosas de quicio? ¿Tendrá esto que ver con las noticias sensacionalistas acerca de la privacidad que salen en los medios?
Mi hijo sigue en casa, trabajando para no perder el curso. Ahora sus compañeros podrán usar el Tuenti en clase como en casa, pues nadie se atreverá a tocárselo.
Sacado de elconfidencialdigital.com
Comparto con vosotros las preguntas que se efectúan en el texto. ¿Creeis de verdad que entrar en el Tuenti de otro que se lo ha dejado abierto (no hablamos de hackeo ni de malas intenciones) es motivo de pena máxima en el colegio?¿Tanto van a cambiar las normas básicas de comportamiento por las nuevas tecnologías?