El mecanismo es sencillo. Basta con administrar al paciente una dosis de propranolol, un beta-bloqueante empleado en el tratamiento de la hipertensión, antes de la evocación del recuerdo. Este sencillo gesto 'rompe' el proceso de reconsolidación de la memoria y ésta desaparece o permanece en el olvido y no alcanzamos a recordarla.
La ciencia descubrió que durante los primeros compases de formación de un recuerdo era posible actuar sobre ellos y hacerlos desaparecer. Durante años, se creyó, sin embargo, que los recuerdos ya consolidados en la memoria eran inamovibles. Pero pronto numerosas investigaciones realizadas en animales dieron con su talón de Aquiles: la reconsolidación. Cada vez que se evoca una determinada memoria, ésta puede ser modificada y, por tanto, eliminada. Ahí fue donde centraron sus esfuerzos los especialistas en la materia...
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/02/13/neurociencia/1234543261.html