El fin de Patatita... y mis aventuras de soltero xD

#1323 Me descojono muy fuerte si de verdad esquivas a alguien por la calle de forma natural (cosa que por otra parte hasta un niño sabe hacer...xDDD) poniendote en guardia de boxeo.

Alguna vez lo has hecho delante de algún chochete?

No, se llama autismo.

Ni un boxeador profesional hace eso.

Ilústrate un poco anda: http://www.fitnessreal.es/la-memoria-muscular-explicada/

Aún recuerdo mi primer combate con Maiki, fue en el Madison Square Garden. Corría el año 2007 y yo tan sólo era un pipiolo demasiado engreído que apenas sabía atarse los guantes. Eso sí, tenía un buen directo de izquierda.

En aquél momento Maiki era inalcanzable, "te va a destrozar" me decían. Yo me lo tomé muy en serio, no creía que pudiera ganar, pero si le aguantaba 7 u 8 asaltos me haría con un nombre en el mundillo, era una gran oportunidad. Entrenaba todo el día, cuando anochecía estudiaba todos sus combates... sólo descansaba para verme con una que parecía Connie la de El Padrino.

Según se acercaba el día yo estaba muy preocupado, me movía bien por el ring pero no era particularmente bueno cubriéndome. Mi estrategia consistiría en moverme mucho, evitar quedar trabado e intentar colar algún buen golpe, aunque él estaba cuadrado.

Maiki subió confiado al ring, 22.000 almas gritaban su nombre y numerosas mujeres le enseñaban los pechos desde las primeras filas, él quería devolver toda esa confianza y salió bravo: directos, ganchos y crochets por doquier, un golpe que habría sido @terminal pasó a pocos milímetros de mi mandíbula. Estaba comprobando de qué pasta estaba hecho. Me pilló por sorpresa tanta furia, parecía que yo hubiera cancelado su manga favorito, pero afortunadamente tan sólo salí magullado del primer asalto.

Después de eso se calmó, decidió que sería mejor esperar su momento, dejar que me canse y cometa un error. Y lo intentó al final del cuarto asalto. Faltaban 40 segundos para que acabara cuando se lanzó otra vez: izquierda, derecha, izquierda, retrocedía y vuelta a empezar. Era imposible contratacar ante semejante explosión de fuerza incontrolada, los brazos me dolían a morir... pero para su sorpresa, resistí.

Eso le dolió porque empezó a jugar sucio, me decía que iba a seducir a Adriane con su talento natural para las mujeres, que tenía una caderita finita como las que le gustan a él y le haría daño con su gran pene. No caí en la trampa aunque para ser franco lo estaba deseando.

Los rounds fueron pasando hasta que llegamos al octavo, Maiki y yo estábamos muy cansados aunque yo apenas le había conectado unos pocos golpes. Fue entonces cuando usó un truco de veterano curtido en mil batallas: se acercó a mí, agachó ligeramente la cabeza, y proyectó la luz de docenas de focos en mis ojos con su brillante calva. Le bastó cegarme durante una décima de segundo para conectar un poderoso derechazo en mi ojo. A partir de ahí todo fue muy mal y tuve que retirarme en ese mismo asalto.

Fue un día glorioso, en aquel entonces Maiki era negro y me presentó su almohada waifu favorita, la llamaba Patatita, pero esa ya es otra historia.