Dos meses. Éste es el plazo que resta para que Ángeles González-Sinde deje la política, sector en el que se encuentra inmersa de lleno dado su actual cargo de ministra de Cultura. La guionista ha anunciado que abandonará su puesto con independencia del resultado de las próximas elecciones.
Una de las ministras cuya participación en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido de las más polémicas ha anunciado su adiós. Ángeles González-Sinde no formará parte de las listas con las que el PSOE intentará ganar las Elecciones Generales por tercera vez consecutiva, esta vez con Alfredo Pérez Rubalcaba como cabeza de lista.
La todavía ministra anunció su decisión durante el Festival de Cine de San Sebastián. "Hace mucho tiempo que comuniqué al presidente y al candidato que estaba dispuesta a colaborar y a apoyar, pero mi periodo en política lo doy por concluido", afirmó Sinde. A partir de ahora, la madrileña volverá al sector cinematográfico, de donde partió para ser ministra en abril de 2009. "Es hora de retomar mi oficio", explicó.
Según la ministra, el balance de su gestión durante estos dos años y medio en el cargo "ha sido positivo". "No puedo decir sino que estoy contenta y orgullosa de haber servido a mi país, además en un momento de tanta dificultad, un momento económicos tan difícil, de haber estado ahí, arrimando el hombro", señaló ante los medios con satisfacción a pesar de haber sido elegida en varias ocasiones como peor ministra del actual Gobierno por parte de los ciudadanos.
La ley antidescargas, su herencia para los usuarios
Uno de los motivos por los que ha acaparado tan alto número de críticas ha sido por su política en contra de las descargas en Internet. La ministra fue una de las principales impulsoras de la ley española antidescargas y por ello fue bautizada de forma coloquial con su apellido: Ley Sinde. Su objetivo no es otro que cerrar las páginas web de enlaces, a pesar de que numerosas sentencias judiciales han confirmado su legalidad hasta el momento.
No obstante, y a pesar de estar aprobada desde enero, la norma aún no ha comenzado a funcionar dada la tardanza en la creación de su reglamento. Esto significa que la cineasta abandonará con toda probabilidad su cargo antes de ver en funcionamiento "su gran obra maestra" en el mundo de la política. Eso sí, la Ley Sinde y su consiguiente censura quedará como su herencia para usuarios.