El "porqueyolovalguismo" o hipergamia que existe en concretamente en España da la sensación de que está en auge y en mi opinión, como hombre no “alpha” que soy y que no son la mayoría de hombres, hay que ser masoca para meterse en Tinder anhelando un poco de fricción ahí abajo (porqué eso es lo que quieren con total seguridad la amplia mayoría de ellos, no os engañéis) y someterse a una burocracia enfermiza a base de una evaluación realizada por parte de quién probablemente esté menos capacitado en la mayoría de casos para valorar o poner nota a su contraparte.
Pero vamos por pasos, en el remoto caso de que alguna se fije en ti en una de esas tóxicas app’s, desolado en un mar de tiburones (), habléis y concertéis una cita, debes cumplir cuánto puedas de lo siguiente:
Llegar puntual y ser amable con ella, parecerle intelectual, culto y agradable, ser físicamente agraciado y con un cuerpo trabajado (¡ah, no! que los mazados les dan asquito jijiji), desprender grandeza sin ser pedante a la vez, tener estudios que impliquen un gran sacrificio o aptitudes, haber hecho los deberes en la vida y tener liquidez en el banco. Tener un carácter de líder, fuerte y dominante. Tener cierto estatus. Tener gustos y aficiones que le parezcan interesantes, tener miles de historias que nacen de miles de experiencias putoamísticas, ah y claro hacerla reír, no se me vaya olvidar esto, importantísimo, si no, ¡estás OUT!
Ya después están las que no saben ni lo que quieren y dicen buscar alguien "que me rompa los esquemas jijij". Podríamos seguir interminablemente y esto que solo estoy generalizando estúpidamente y ya alguna de vosotras se habrá dado por aludida, por lo menos.
La experiencia nos dice a todos que un tío que se mete a Tinder tiene como objetivo básicamente… follar, sin más. Claro que dentro de su cabeza hay un algoritmo con diferentes variables y constantes, pero desde luego éste es mucho menos complejo (y si te lo miras con perspectiva masculina, más práctico) que el de una usuaria de Tinder con el coño dando palmas. Sea Tinder, sea una fiesta universitaria o una discoteca, los estudios nos reafirman lo que ya sabemos; para el hombre lo que más se tiene en cuenta es el físico, y si esto es así en el apareamiento moderno (búsqueda de pareja para relación formal-fiel), ¿qué hay si se trata de sexo sin más?
Después, hablando con alguna del tema sea en la vida real o en Internet, siempre te topas con sujetos hembra que tiran tu hipótesis a base de sus conocimientos empíricos, nunca subjetivos, ja ja ja. Después sale un estudio estadístico hecho en España que afirma que el 80% de españolas entre 26 y 35 años no saldrían con un desempleado y sigue habiendo gente que niega la presencia del dinero en el algoritmo de apaeramiento de las mujeres, y te lo catalogan de machista.
Pero viniendo de un país donde los mass mierda unánimemente hacen demagogia contra Donald Trump con el tema del machismo (una de las causas de ello es afirmar lo que he afirmado yo en el párrafo anterior con palabras más vulgares) en vez de tumbarle a base de argumentos sólidos, poco puedes esperar de quienes consumen casi 4 horas al día de TV de media.
Volviendo al tema, podéis autoconvenceros de lo contrario de lo antes dicho, catalogar esto de machista, aplaudiros entre vosotros y lo que queráis pero la cosa generalmente va así. La hipergamia existe desde en el momento en que el hombre medio valora unos aspectos y la mujer unos otros. De ser estos aspectos más benevolentes o menos restrictivos por parte de los hombres y más selectivos por parte de las mujeres, esto ya por sí solo ya crea sin más un desbalance entre la oferta y demanda, ergo equivalentes con distinto sexo tendrán un valor de mercado diferente.
Y Tinder no deja de ser un índice de las infinitas variantes de dos tipos de productos financieros, hombres y mujeres, cotizando en el mercado heterosexual, un mercado que gracias a las nuevas tecnologías se está masificando y de ahí que algunos comportamientos que siempre han estado presentes en nosotros, ahora se acentúen.
Y ahora, para terminar, otro símil con los mercados finacieros que responde el porqué de que en España se folle poco, de media. Cualquiera que haya viajado y haya pasado un tiempo fuera de España lo sabe, y no necesariamente tiene que ver con Erasmus y chorradas, en España se folla poco y punto.
La causa es tan sencilla como la horquilla (spread para los esnobs) que simplificándolo, es la diferencia entre el precio mínimo de oferta y el máximo de demanda. Cualquiera sabe que un mercado con una horquilla muy ajustada, sin apenas diferencia, es sinónimo de una mercado líquido, con un alto volumen de transacciones (transacciones = mete-saca). En España la hipergamia, el endiosamiento y el uso masivo de agente naranja (Fanta), es causa de una horquilla con demasiada holgura.
Sacad vuestras propias conclusiones.
taluec.