Capítulo 1 - ¿Qué demonios está pasando?
Un sonoro trueno azotó la ciudad e hizo que Fred se levantase empapado de sudor. En algún momento, en su más profundo sueño había visto esa cara, sí, esa maldita cara, pensó, el hecho del cambio drástico que sufrió su vida tras su obligada ruptura con Mónica lo atormentaba día y noche, y ya había pasado tiempo.
Fred ahora contaba con 34 años y vivía en una de esas Ciudades-Estado que en la antigüedad fundaron los griegos y que los supervivientes de la Tercera Guerra Mundial se vieron obligados a refundar en sitios remotos del planeta donde la radiación no había hecho acto de presencia y donde los científicos habían estipulado que nunca llegaría.
Esa ciudad respondía al nombre de Revenge City, situada al norte de Canadá, Fred nunca se explicó el porqué del nombre, pero supuso que puesto que los dirigentes de la ciudad eran canadienses y ésta fue la primera ciudad creada tras la Gran Guerra cuando los ataques nucleares se concentraban en Asia y el ejército de Canadá se resistía a ceder en ese valle, donde ahora se encuentra la ciudad, tras la invasión repentina del ejército de los Estados Unidos, a los que una vez Fred sirvió y al que una vez Fred también traicionó...
"No se por qué lo hice doctor, pero está claro que si Canadá hubiese caido, Bush hubiera podido concentrar más tropas en su asalto a Moscú y podría haber roto la leyenda" -Remarcó Fred- "... pero quizá si EEUU hubiese conquistado Rusia, podría haber tenido tiempo de detener a Japón... son tantas cosas que no entiendo...". -Volvió a remarcar mientras se llevaba las manos a la cabeza- "Doctor Atkins, me siento vacío, hace ya diez años que sucedió todo y aún no entiendo nada".
"Querido Fred" -Interrumpió Atkins- "Nadie entiende las ansias imperialistas repentinas de Bush, quizá la ONU debió de darse cuenta que Irak solo era un paso, y tuvimos suerte de que el siguiente paso se vió retrasado debido a la marcha atrás de Inglaterra y del cambio de gobierno de España, que hizo que varios países se dieran cuenta... pero dejemos la política contemporánea para otro día, porque creo que has venido por otro motivo. ¿No es así?"
"Sí doctor, Mónica me sigue atormentando en sueños, sé que hay Ciudades-Estado en España, y una donde ella vivía, situada en Cádiz, donde pese a que varias bombas nucleares asolaron Marruecos, la radiación no ha llegado milagrosamente" -Enfatizó Fred- "Ella me sacó del agujero en que me había sumido tras mi relación frustrada con Yolanda, la debo tanto... y no supe estar con ella cuando más me necesitaba..."
"Cádiz, la ciudad del milagro la llaman" -Pensaba en voz alta Atkins- "aunque su nombre real es The Wall, El muro, otra leyenda como Rusia, desde allí se dirigió la guerra de la independencia española, en cuyo país, a la par que en Rusia, el ejército napoleónico fue derrotado, aunque el invierno ruso tuvo mucho que ver en la retirada de tropas y..."
"¡¡Doctor!!" -Interrumpió Fred- "jajaja por favor, me encantan sus charlas históricas, pero esa no es la cuestión. ¿No cree?"
"Oh, querido amigo, es cierto, perdóname, Mónica, ah si..." -Atkins se quedó pensando durante unos minutos- "Puede que esté viva allí, pero sabes que los vuelos, pese a que la construccón de los aviones preparados contra la radiación está finaliza, están cancelados"
"Sí, esos malditos ataques, en Canadá también los hemos sufridos, cuatro de mis hombres murieron hace dos noches en una incursión explorativa en pleno monte y no hemos encontrado los cadaveres, tan solo sangre y la nota de un soldado" -Fred, general del ejército canadiense, se quedó pensativo- "Doctor, sabe usted que hace un año se reestablecieron todas las comunicaciones con todas las ciudades estado y hace seis meses, el primer ataque se realizó en las estepas del Don, en Rusia, donde un grupo de exploración procedente de Moscú desapareció misteriosamente y solo se encontró un traje anti-radiación manchado de sangre. Desde entonces ya han sido muchas las Ciudades-Estado que han sufrido diversos ataques, y anoche nos tocó a nosotros..."
"Espera Fred, has mencionado algo de una nota. ¿Puedes contarme qué ponía en ella?" -Interrumpió Atkins- "Sé que es secreto, pero quiero ayudar, un psicólogo e historiador como yo no tiene cabida en un nuevo mundo plagado de científicos buscando remedios contra el cancer, nuevos políticos obsesionados con la Unificación Estatal mundial y ejércitos dispuestos a mantener una leve sensación de seguridad tras el desastre mundial de la Gran Guerra, pero sabes que puedo ayudar..." -Atkins esperó pensativo una respuesta de Fred.
"mmm, confío en usted Doctor Atkins, claro que se lo contaré" -Rompió el hielo Fred, sacando un papel del bolsillo- "Lo tengo apuntado aquí: ¿Qué demonios está pasando? Mis tres compañeros han desaparecido en el crepúsculo sin siquiera haberlo notado, noto que me vigilan, Revenge City está a dia y medio de aquí y no sé si continuar con la misión o volver, el indicador de radiación se ha encendido, estoy en el límite de la barrera radiactiva, noto que algo o alguien me vigila, tengo mucho miedo, quiero volver a ver a mi mujer y a mis hijos, quiero. Y ahí finaliza, debió de ser atacado cuando se disponía a acabar la carta."
"Espeluznante sin duda" -Remarcó Atkins- Pero justo cuando el doctor se disponía a emitir una hipótesis o quizá una opinión sobre el asunto, tres golpes en la puerta y unas voces que reclamaban al General Green, interrumpieron al doctor, que abrió la puerta.
"Se presenta el Teniente Sandler, General Green, acabamos de recibir una retransmisión de la pequeña Ciudad-Estado de Tajda, situada en el continente africano, más en concreto en el antiguo país de Nigeria"
"Prosiga teniente" -Remarcó Fred, intento interrumpir lo mínimo a un histérico Teniente, al cual conocía desde hace dos años y siempre se había caracterizado por ser tranquilo e impasible.
"Verá, la retransmisión es incompleta, venga conmigo al cuartel general para escucharla" -Remató el alterado teniente.
Marc Sandler y Fred Green, tras despedirse del doctor de origen sueco Marcus Atkins, se deslizaron por la ciudad a paso ligero, provocando las miradas curiosas de los transeutes. Una vez llegaron al cuartel general y entraron en la sala de comunicaciones, el responsable de comunicaciones, el cabo Pier Lemerre, puso la transmisión:
Les habla el general Bunda, de la ciudad estado de Tajda, el ordenador ha puesto las coordenadas de Revenge City, espero que les llegue, nuestra situación es crítica, hace unas dos horas hemos sufrido un ataque que nuestra defensa perimetral de 500 hombres no ha sido capaz de repeler, no sabemos a qué nos enfrentamos, mis hombres no son capaces de describirme a lo que se enfrentan, Dios sabe que somos una ciudad pequeña y nuestro ejército no supera los 2000 hombres, pero deberíamos haber aguantado más, no sabemos que son esas cosas, oh no, ahí vienen, 25 hombres estamos encerrados en la sala de comunicaciones, solo quedamos nosotros, la muerte se aproxima, ¡¡¡DIOS, PERO QUE COJONES ES ESO!!!" -Un sonido de disparos de ametralladoras se mezclaba con una especie de rugidos y gemidos- "¡ahhhhhhggggggggggg! DIOS MÍO!!" -Y un nuevo rugido que hizo que el mismísimo Fred tuviera que tapar los oidos acabó la transmisión.
Tras unos minutos en los que el personal presente miraba atónito a ninguna parte, intentando asimilar lo que habían escuchado, Fred rompió el hielo. "¿Qué demonios está pasando? Teniente, quiero que reuna a 20000 hombres y organice una defensa perimetral en el muro 2, el muro más débil, en el muro primario mantendremos a los 700 hombres instalados en las torretas de vigilancia y a los 200 que vigilan en esos muros, en el exterior de la ciudadela prepararemos una defensa en erizo con Tanques T-34 dispuestos en la maniobra. En la ciudadela mantendremos las 100 unidades de vigilancia para intentar que la población no se preocupe demasiado. Pasado mañana hablaré con el Primer Ministro y emitiré un comunicado por televisión"
"Pe... pero mi general, cundirá el pánico, no sabemos a qué nos enfrentamos, ni siquiera sabemos si nos enfrentamos a algo" -Replicó el teniente Sandler.
"Por eso mismo teniente" -Interrumpió Fred- "Por eso mismo. Hasta que no sepamos qué es lo que hay ahí fuera no me arriesgaré a tener la misma desprevisión que tuvieron otros muchos antes. ¿Sabe usted quién era Stalin?" -Tras una respuesta afirmativa del teniente Sandler- "No quiso admitir el peligro alemán en la segunda guerra mundial hasta que éstos se plantaron a 160Km de Moscú y acechaban la estepa del Don..." -Fred se preguntó a sí mismo si era necesario explicar el episodio de Stalingrado y darle sentido a lo que acaba de empezar, lo deseaba, admiraba a Chuikov y a Zhukov, pero se interrumpió a sí mismo, no deseaba perder el tiempo- "Teniente, manos a la obra con la maniobra defensiva. Cabo, póngame con el Coronel Mosley, hay que organizar una partida de reconocimiento de grado 2 y también concerte cita con el primer ministro y envie un comunicado a Moscú al Mariscal Kasparov, con la grabación y con una instancia comunicativa para hablar dentro de dos horas, rápido."
Si os ha gusta me pondré manos a la obra con el Capítulo 2.