Suena fuerte legalizar todas las drogas como medida anti-crisis, pero mucho se ha hablado de la guerra contra las drogas y sus políticas criminalizadoras que en realidad generan más muertes, violencia y corrupción internacional que el consumo. Cada día hay noticias en el periódico de enfrentamientos entre la polícia y los narcos, como las sesenta personas que murieron ya en Jamaica en la caza contra el traficante Christopher ‘Dudus’ Coke en Kingston. Por eso tal vez Frits Bolkestein (ex-miembro de la Comisión Europea y antiguo líder del partido conservador VVD), Els Borst-Eilers (antigua ministra de Salud Pública de los Países Bajos), Theo de Roos (catedrático de derecho penal por la Universidad de Tilburgo) y una serie de catedráticos, juristas y expertos en materia de drogas firmaron un artículo publicado en el NRC Handelsblad que expresa contundente que la regulación del mercado de todas las drogas conduciría a una mejoría de la seguridad ciudadana, supondría un recorte sustancial de los gastos del Estado, un ingreso de impuestos considerable, y beneficios a la salud pública. Ahora ¿cómo?
Respecto a ahorro estatal, este artículo se apoya en un estudio que muestra que la prohibición de drogas como la cocaína, el éxtasis y la heroína, le cuesta 924 euros al año a cada ciudadano holandés. Respecto a sanidad proponen que con la legalización se podría regular por ejemplo la calidad, asi como informar con un pospectro de sus usos responsables, desapareciendo las drogas adulteradas por inescrupulosos que usan todo tipo de productos tóxicos y químicos para la elaboración de estas con tal de aumentar su ganancia pero a costa de muchas vidas.
Es llamativo que esta reflexión viene del conservador Bolkestein ya que el VVD, se había distanciado de los intentos de PvdA (Partido del Trabajo) y D66 (Demócratas 66) a la hora de regular la producción de cannabis. Pero no tanto cuando estamos hablando de ahorrar 30.000 millones de euros al gasto público. Obviamente esta regularización sería bajo determinadas condiciones limitadas para que el uso sea responsable.
La regularización de las drogas blandas supondría un ahorro de 183 millones de euros en gastos de policía, justicia y administración, y aportaría 260 millones de euros en impuestos. Pero el principal argumento de todas formas para la legalización o regularización es que el consumo a pesar de la guerra de las drogas, sigue aumentando. Por tanto la prohibición no funciona. Al menos la mitad de todos los crímenes cometidos en Holanda son consecuencia directa o indirecta de la prohibición. Pero es que otros países como México, Colombia o Brasil arrojan cifras mucho más escandalosas y miles de muertos.
El negocio ilegal de la drogas genera un flujo de dinero monstruoso que no paga impuestos y sostiene las economías de algunos países, muchas familias, e incluso entidades financieras. También implica a cárteles, camellos y mulas (mensajeros), cultivadores criminalizados, laboratorios de éxtasis o cocaína, y transportistas. Curiosamente se sule juzgar el consumo o la portación pero no los más graves delitos que son: sobornos, amenazas, corrupción, trata de blancas, ajustes de cuentas entre bandas, utilización del dinero procedente de la droga para el mercado ilegal de armas etc, asociados al tráfico ilegal de las drogas. Alrededor del 0,1 % de la población mundial muere por consumo o abuso de drogas, pero si hablamos de las víctimas de este mercado negro, el porcentaje es mucho mayor y más aslarmante.
Comparados los delitos con los problemas derivados de su regulación como la molestia de los ciudadanos en lugares de los Países Bajos como Venlo, donde se trasladaron los coffeshops fuera de la ciudad, estos son un chiste. Mientras que la prohibición alenta la existencia y desarrollo de las mafias de la droga que son siempre igual a delitos y muerte, Holanda en sus treinta años vendiendo cannabis a través de coffeeshops demostró que la regulación de esta sustancia no ha conducido a un incremento del consumo, ni del cannabis ni de ninguna otra droga. De hecho en Holanda, el uso y abuso de drogas está por debajo de la media europea y de países represivos como Francia, Inglaterra o Estados Unidos.
Por todo esto ya hay proyectos piloto de regularización de drogas duras como la cocaína, el éxtasis, las anfetaminas y la heroína. Serían según el modelo de los coffeeshops: “no perseguir ni condenar, siempre y cuando se hayan tenido en consideración las condiciones establecidas”. Con la regularización las organizaciones criminales desaperecerían, el fisco ingresaría mucho dinero en impuestos y ahorraríamos en muertes y gasto público porque la seguridad ciudadana mejoraría.
Como demostró la ley seca, las drogas no se pueden erradicar a base de prohibiciones. Siempre estarán y una minoría generará gasto público al Estado, sea sanitario o carcelario, como consecuencia de su abuso. Aunque curiosamente maten a muchísima más gente drogas legales como el alcohol o el tabaco.
(Leído en un blog [negrita del artículo], y también en El Mundo.)
¿Argumentos a favor, en contra?
PD: No aceptamos "las drogas son malas" como razonamiento.