Bueno, me vais a perdonar esto, pero tengo que escribirlo aquí, porque si no voy a reventar.
Veréis, yo soy de los que creen que quien da acaba recibiendo, y quien recibe tiene que acabar dando. Bueno, eso creía hasta hoy. Hoy me ha quedado claro que el karma no existe. Que sólo existe gente desagradecida, desconfiada y amargada con el mundo.
Situación: Viernes sin prácticas en la universidad. Estoy en casa preparando mi intervención en el podcast de unos colegas para esta tarde, cuando me entra un antojo y decido ir al supermercado a comprar algo. Me apetecían pipas.
Cojo mis cosas, salgo a la calle y me cruzo con el portero de la urbanización. 'Oye chico', me dice. 'Mira a ver si por el camino te encuentras un bolso, que una vecina se lo ha dejado encima del coche al salir y se le debe de haber caído'. Ok, sin problema. salgo a la calle, ando unos metros y allí está el bolso. Pero esto es yonkilandia, y el más rápido siempre se lleva el premio. Una cartera, una tarjeta de crédito y unos cuantos CDs adornan el asfalto de la calle, todo abandonado a su suerte.
Cojo todo lo que podía pertenecer al bolso de alguien (Los CDs los dejé, estaban hechos un cristo y nada se podía hacer por ellos), lo meto dentro del bolso, vuelvo, y se lo doy todo al portero. Algo faltaría, pero al menos no parecía ser gran cosa.
Hago mi compra feliz, sabiendo que hoy he ayudado a alguien y que en ese momento ese alguein me estaría dando las gracias mirando al cielo con las manos en el corazón (Sí, eso era una dramatización ingénua). La sonrisa en la cara me dura una media hora. El tiempo que tardo en volver a casa y encontrarme un coche de policía en la puerta, con un barullo montado, y varias personas hablando. Me viene a la cabeza el tercer capítulo de mi novela (Sólo faltaba la cinta de ?no pasar? y la ambulancia), y sigo andando. Saludo a la gente, pero sin resultado. Nadie me devuelve el saludo, sólo me miran como las vacas al tren.
Hablo con el portero, y él me presenta a los policías. Que a ver quién era, si yo había devuelto el bolso, si había cogido el dinero, si vivía allí, 'enséñeme su documentación señor'. Siempre me da mal rollo que las fuerzas de seguridad me traten de usted. Sorpresa. La dueña del bolso, que sigue ahí plantada como una puta berza mirándome sin siquiera darme las gracias (Y ya ha pasado un buen rato), ha puesto una denuncia. Y yo era sospechoso de haber cogido dinero del bolso. De un bolso que ha estado 10 minutos abandonado en una calle apartada de casi todo sin casas, ni gente ni nada, en un barrio lleno de yonkis. Bravo señora, bravo.
Hablo un rato con los policías, les enseño dónde me he encontrado todo, me despido. Ellos me dicen que no me preocupe, que seguramente no vuelva a saber de esto, que estas cosas pasan. Por lo menos ellos, al contrario que la mojigata maleducada, conocían el barrio en el que estaban. Un barrio, en pocas palabras, en el que se saquean hasta los contenedores de basura a diario y en el que hay más jeringuillas que hierba en los jardines. Me despido de nuevo, hablo con el portero, al que también le ha caído mierda, porque la vecina sospechaba que le había cogido el dinero. 'A mí tampoco me han dado las gracias', me dice. 'Menuda manera de joderme el cumpleaños'.
RPV: He tenido la oportunidad de quedarme con un bolso que se ve que tenía dinero dentro, le he devuelto todo al dueño y éste ha puesto una denuncia en la cual me acusa de robarle.
Ya lo sabéis chicos. El civismo no vale ni para tomar por el culo. Si os encontráis una cartera, coged todo el dinero que tenga y tirad el resto a la basura. No devolváis NADA DE NADA. Porque no sólo no os van a dar las gracias, sino que además seguramente os denuncien por haber robado. Con dos cojones hoyga.
Yo la próxima vez que me encuentre algo por la calle, me lo voy a quedar sin pensármelo dos veces. Estoy hasta los cojones de ser educado con la gente y de no recibir más que puñaladas traperas.