La metanfetamina, más comúnmente conocida como "hielo" (ice) o "glass" (vidrio), tuvo su origen en el Lejano Oriente (Japón, Corea y Filipinas). El "ice" es una sustancia de apariencia semejante a un cristal translúcido y también se parece a lo que en nuestro medio conocemos como "azúcar cande". Apareció por vez primera en Hawai en 1985 y se extendió su uso a Estados Unidos y a diversos países. En algunos lugares el consumo es tan importante que sobrepasa al uso de la cocaína.
Los usuarios crónicos de esta sustancia presentan manifestaciones semejantes a las de los usuarios crónicos de otras anfetaminas y sustancias de acción similar: alucinaciones, paranoia, así como conductas agresivas y violentas. Con frecuencia se observa también bruxismo (rechinar de dientes), comportamiento compulsivo, problemas gastrointestinales, anorexia, pérdida de peso, problemas nutricionales, infartos del miocardio, cardiopatías y edema pulmonar agudo. Con el uso continuado de esta sustancia se presenta tolerancia (dependencia física) y cuando se suspende el uso de la droga se presenta la abstinencia que se caracteriza por contracciones abdominales, gastroenteritis, dolor de cabeza, letargia, dificultad para respirar, aumento del apetito y una depresión profunda, que en ocasiones lleva al suicidio.
Cristal. También es conocido como “crank”, o “met”, por ser una metanfetamina; es una sustancia que se produce fácilmente en laboratorios clandestinos que no requiere de mucho dinero o de gran tecnología para su elaboración, y por ello se produce en garajes y casas desocupadas o desmanteladas. El “cristal” ha llegado a ser una sustancia de abuso por la población adolescente y por adultos jóvenes en el suroeste de Estados Unidos. Las manifestaciones clínicas más aparentes por el uso de este psicotrópico, aparte de las que se consignan por abuso de anfetaminas, son las siguientes: irritabilidad, nerviosismo, variaciones en el estado de ánimo, depresión, miedo injustificado, suspicacia, pérdida de peso y trastornos del sueño.
EXTASIS
La 3-4-Metilenedioximetanfetamina (MDMA) conocida popularmente como éxtasis es una sustancia de abuso perteneciente a las del grupo de las llamadas de diseño. Fué sintetizada en 1910 por Mannish y Jacobson y patentada por los laboratorios Merck en Alemania como un fármaco anoréxico en 1914, pero no fue comercializada. Fue hasta los años 70 y 80 en que se utiliza nuevamente con fines de experimentación farmacoterapéutica y en 1985, al demostrarse su neurotoxicidad en animales se sitúa como sustancia restringida. Hoy día sin uso médico autorizado, se fabrica en laboratorios clandestinos para uso recreacional, lo que permitió la llamada moda MDMA que tanto en europa como en ámerica impulsó el movimiento rave, caracterizado por fiestas intensas y prolongadas que en ocasiones duran todo el fin de semana en las que se mezclan ritmos auditivos y visuales computarizados y bebidas adicionadas de aminoácidos y cafeína para efectos estimulantes.
Hay personas que son especialmente sensibles al Éxtasis y hasta una dosis muy pequeña puede producirles consecuencias muy graves y si lo mezclas con alcohol el riesgo de sufrir una reacción adversa más severa aumenta enormemente.
Nunca consumas éxtasis y menos si sufres de hipertensión, problemas de corazón, epilepsia, asma , estás embarazada o estás tomando antidepresivos NO debes consumir Éxtasis.
Efectos psicológicos: Confusión. Depresión. Dificultad para conciliar el sueño. Ansiedad severa. Paranoia. Euforia. Aumento de la agresividad. Insomnio. Alucinaciones auditivas. Estados de animo alterados. Delirio.
Efectos físicos: Tensión muscular. Nausea Visión borrosa. Provoca movimientos oculares rápidos. Mareos. Aumento de presión arterial. Aumento de ritmo cardiaco. Aumento de la temperatura corporal. (hipertermia) Daño neurológico. Reducción en el apetito. Aumento de actividad física.
Síndrome de abstinencia: Depresión. Ansiedad. Fatiga. Paranoia. Agresión. Deseo intenso por la sustancia.