Resulta que la ilustradora Helena Anillo era un pseudónimo y detrás de este nombre se escondía Gerard Costa, un hombre. A raíz de algunas críticas como las que os reproduzco a continuación, me ha parecido adecuado traerlo al foro ya que, como todos sabemos, aquí somos todos tios. Así que estaría bien saber vuestra opinión y también la de las mujeres de mediavida, es decir, tíos que se hacen pasar por tías. ¿Si fueseis artistas, considerarías firmar como mujer porque creais que eso os haría vender más? ¿Está el hombre empezando a estar discriminado? ¿Es una falta de respeto que un hombre firme como una mujer? Y si es así, ¿era una falta de respeto cuando mujeres firmaban como hombres sus obras en la antigüedad?
Mi opinión: si fuese artista, consideraría seriamente la opción de firmar como mujer, ya que dos tetas venden mucho más que una calva y pelo a mansalva en el culo. Como dijo aquél motorista japonés que se hacía pasar por tia: "Nadie quiere hablar con un tio"
Noticia:
Si hay algo que parece no terminar nunca, pase el tiempo que pase, es el mal uso que hacen algunas personas de sus privilegios. En lugar de apoyar causas con ese poder, las menoscaban a base de querer lucrarse. Y esto es lo que ha ocurrido con el ilustrador Gerard Costa, quien se ha hecho pasar por mujer en redes para lucrarse a partir de la venta de cómics e ilustraciones. Pero empecemos de forma cronológica para entender qué ha pasado, y porqué sigue siendo terrible esta práctica.
Ayer día 06 de julio de 2022, la dibujante y guionista de cómics Mamen Moreu denunciaba públicamente en twitter que había un «compañero» de profesión firmando con nombre de mujer. Obviamente, con los referentes que hay en el sector cultural de este tipo de prácticas, mucha gente empezó a hacerse preguntas. La autora no comentaba en ese momento nombre ni usuario, pero pronto salieron a la luz dos nombres: Helena Anillo y Gerard Costa.
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Con un mínimo de empatía Gerard Costa habría respetado el trabajo de las profesionales del mundo del cómic, y de las personas que leen cómics.
Y ya lo mejor de esta publicación: firma como Helena Anillo para después poner: Siento la decepción. No tengo flequillo ni soy azul. Hablemos de nuevo de privilegios: condescendencia ante lo ocurrido, un claro insulto hacia las mujeres creadoras y negación del daño que hace no sólo al mundo del cómic sino a la causa feminista. Por cierto, cuando hablo de mujeres hablo de TODAS las mujeres. Otro de los problemas que generan este tipo de actitudes es que les da alas a los discursos de las TERF (feministas radicales trans-excluyentes). Desde Sala de Peligro, y en especial la aquí firmante Iria Ros Piñeiro, ya avisamos que vamos a denunciar cualquier impresión en twitter que utilice el daño que ha generado este autor para atacar a nuestras hermanas trans.
No estamos decepcionadas, lo que estamos es cabreadas por tener que enfrentarnos una y otra vez a las mismas estructuras que nos ponen una y otra vez en peligro. Las primeras reacciones a todo esto ya se están viendo, especialmente en redes sociales. Veremos cómo evoluciona el asunto. Porque como ya se han dicho varias veces en este artículo, el tema es mucho más complejo y preocupante de lo que puede parecer.