Detenidos cuatro etarras vinculados al asesinato del inspector Puelles
Una operación de la Guardia Civil desarticula un 'comando legal' al que se relaciona con varios atentados en el País Vasco, Cantabria y Burgos
La Guardia Civil ha dado un golpe a ETA esta madrugada deteniendo a cuatro personas y efectuando sendos registros: tres en Bilbao (en la plaza Erekalde, la calle Fika y la calle Ollerias Bajas) y uno en la cercana localidad de Galdakao (en el barrio de Aperribai) en el que se han encontrado armas y 180 kilos de material para la fabricación de explosivos, según la agencia Vasco Press. El comando detenido era considerado legal -no fichados por la policía- y sus miembros son Lorena López Díez, Iñigo Zapirain Romano, Beatriz Etxeberría Caballero y Daniel Pastor Alonso, sobre cuyas espaldas podrían recaer numerosas acciones terroristas en Vizcaya, Burgos (en concreto, el atentado contra la casa cuartel en julio de 2009) y Cantabria. Entre ellas, el asesinato del inspector de Policía Nacional Eduardo Puelles el 19 de junio de 2009 en Arrigorriaga (Vizcaya), la última víctima mortal de ETA en el País Vasco.
Eduardo Puelles García era el jefe de Grupo de Vigilancias Especiales de la Brigada de Información de la Policía Nacional. La banda terrorista acabó con él mediante una bomba lapa después de que hubiera participado en la detención de más de 70 etarras. Fue el primer asesinado por ETA siendo Patxi López lehendakari, cuyo mandato cumple hoy dos años. Un mes antes, en Cantabria, había explosionado un artefacto contra un repetidor en el pueblo de Guriezo, mientras que en octubre de 2007 y abril de 2008 se produjeron otros dos atentados aún no esclarecidos con los que se presume que estos detenidos podrían tener relación. Una bomba contra el escolta Gabriel Ginés, quien resultó herido grave, y otra contra una sede del PSE, ambos en el barrio bilbaíno de La Peña; así como una bomba lapa colocada en el coche de un agente de la Policía en el barrio de Zorroza en septiembre de 2008 que no llegó a explotar.
Esta operación, que parece tener su origen en los papeles incautados al exjefe militar de ETA Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata, tras su detención en mayo, llega en un momento decisivo para la política vasca y el fin de la violencia: el alto el fuego declarado por la banda armada y el rechazo del terrorismo por parte de la nueva marca política de la izquierda abertzale, Sortu. Las detenciones ratifican las reiteradas advertencias del Gobierno sobre que "las fuerzas de seguridad no están en tregua".
La última operación contra el entorno de ETA se produjo el 18 de enero, una semana después de que la banda terrorista anunciara el alto el fuego permanente. En esa ocasión la Guardia Civil y la Policía Nacional detuvieron en Álava y Navarra a 10 personas -entre ellas al hijo hijo del portavoz de Batasuna, Txelui Moreno- que formaban parte, presuntamente, de las organizaciones Ekin (el aparato encargado de hacer cumplir las directrices de la banda) y Askatasuna. El mismo día, la Ertzaintza arrestaba en Andoain (Guipúzcoa) a otra persona por kale borroka y dos más fueron detenidos en Francia.
Estos asesinos, y no otros, son los que pretenden presentarse a las elecciones y obtener fondos públicos e información sobre políticos, empresarios, policías... a los que obsequiarán con su parte de explosivo democrático o pistolas democráticas. Depende.
Y tenemos que dar las gracias de que no han huido, cargándose agentes por el camino, porque en ese caso la culpa sería de los agentes, como se ha dicho por aqui.