Buenos días mediavideros. Hoy voy a analizar un fenómeno reciente en España, la šinvasiónš de inmigrantes, y los problemas que esto suele acarrear.
Se suele meter a todos los inmigrantes en el mismo saco, cuando esto es injusto. Los inmigrantes son producto de la educación que reciben en su país. Una persona culta y con estudios difícilmente se dedicará a la delincuencia y se integrará más rapidamente que la que no ha recibido la educación más elemental.
Pongamos por ejemplo los chinos. En China la educación es gratuita. Los chinos que vienen a nuestro país se montan su restaurante o su bazar y no molestan a nadie.
En el caso contrario tenemos muchos países sudamericanos donde la educación es opcional y de pago. En estos países la delincuencia, el racismo y la violencia están a la orden del día. De aquí proceden los inmigrantes más problemáticos, esos que acaban en pandillas tipo Ñetas o Latin Kings, los que roban, atracan y violan. Los sudamericanos de clase media, que han podido pagarse su educación, o los que vienen de países más desarrollados como Argentina o Uruguay, se integran sin problemas.
Pasemos ahora a África, segunda fuente de inmigración. En Marruecos la educación es gratuita, aunque en el rural no existe. Los marroquíes son gente hospitalaria, que sólo dan problemas cuando se enfrentan a actitudes racistas y explotadoras como sucede mucho en Murcia o Almería.
Finalmente tenemos a los subsaharianos, la mayoría de los cuales viven en la pobreza más absoluta en sus países. Tampoco son de natural violento, pero se ven obligados a actividades ilegales o denigrantes (venta ambulante, trabajos precarios y mal pagados) para subsistir pues no han recibido la educación suficiente para salir adelante en un país desarrollado.
La otra cara de la moneda son los inmigrantes que, sean de donde sean, han tenido la fortuna de poder estudiar. ¿Quien no ha visto a un subsahariano bien vestido y en un buen coche, o aun marroquí con su negocio? Esta gente a veces nos da verdaderas lecciones de amabilidad y hospitalidad.
Ha sido sólo una reflexión. Mi conclusión: la incultura genera delincuencia, racismo y pobreza intelectual, que a veces, es peor que la económica.