#1 Creo entender a lo que te refieres, este es un tema que he discutido más de una vez con un colega.
Desde luego los videojuegos poco aportan a la hora de desarrollarte como persona. Hasta hace unos años era bastante pringadillo, incluso la gente se metía conmigo, y yo como no entendía a la gente ni me encontraba agusto con ella me refugiaba en los videojuegos.
Hasta que llegué a los 16 o así, y entre la testosterona y el alcohol fui espabilando. La búsqueda de una fémina con la que estrenarme metiéndole la lengua hizo que saliera más a menudo, y aprendiese a desarrollar cierta intuición social, extroversión, carisma, seguridad, etc...
Supongo que habrá gente megaviciada y que luego no tiene problemas para relacionarse, pero será porque habrán nacido ya así, a algunos nos cuesta más desarrollarnos como personas.
A veces siento que pierdo un poco el tiempo cuando juego porque lo único que me aporta es diversión tonta, por eso voy al gimnasio porque aunque es duro y a veces no apetezca sé que me va a aportar cosas como salud, seguridad en mi mismo, sociabilidad y mejor físico. O leo un libro, porque incluso con una novela siempre que no sea de ciencia ficción o de Tolkien se aprenden cosas curiosas que enriquecen tu cultura general.
Y también entiendo a lo que te refieres con lo de sensación de falsa felicidad. De pequeño estaba gordo, mis amigos me vacilaban, estaba rayadísimo por una chavala y las notas cada vez iban a peor. Pero llegar a Grandmaster Swordman y conseguir la armadura de mithril en el Ultima Online hacía que olvidara mis penas del mundo real.
Pero bueno, con el tiempo descubrí el MMORPG más duro pero que más satisfaciones da: