Laura Ibáñez
Jorge Cremades es conocido por sus vídeos y vines sobre “novias” y las diferencias entre hombres y mujeres. Su perfil de Facebook cuenta ahora con cerca de 4 millones de seguidores, una cifra alarmante cuando investigas a fondo su trabajo y el verdadero motivo de su fama.
Si bien es cierto que muchos de los vídeos de Jorge no incluyen a mujeres, la gran mayoría sí. ¿Y de qué forma? La mayor parte de las veces, si no todas, las chicas son unas controladoras, unas caprichosas y unas celosas. Es habitual en sus vídeos un modelo de novia que te pide la contraseña del móvil, que no te deja salir por la noche, que se molesta al ver que te habla otra chica o que se enfada cuando te pilla mirando a otra o cuando le dices que su amiga está buena. También es habitual que en un mismo vídeo Jorge cambie más de novia que de camiseta.
Al parecer es mucha la gente que se ve identificada con estos vídeos y que ve estos comportamientos como habituales en las mujeres. También es mucha la gente que, al tratarse de “humor”, no se fija en el trasfondo de estos. Lo que Jorge Cremades nos dice no es que pueda haber una mujer así, ni que este comportamiento pueda darse tanto en hombres como en mujeres, sino que es lo que las caracteriza, lo que te encuentras en la mayoría de los casos.
En este vídeo, Jorge nos muestra que tener novia es vivir reprimido y no poder salir de fiesta y ver a tus amigos. Como detalle, la novia le deja la cena en el microondas.
En el siguiente vídeo, Jorge nos explica que son las mujeres borrachas y solas las que te quieres encontrar en una discoteca. Supongo que estas serán mucho más permisivas y no serán conscientes de que las estás acosando.
En este otro, Jorge huye cuando su novia le dice que tiene un retraso. Supongo que no quiere hacerse cargo de la situación y prefiere que se apañe ella sola.
Jorge también nos deja claro que prefiere a su móvil que a su novia.
¿De verdad es todo esto lo que define a una mujer? ¿Es tan inofensivo este humor? La popularidad de Jorge solo confirma lo habituados que estamos a unos estereotipos machistas y la facilidad con la que los aceptamos y les quitamos importancia. Sus millones de seguidores normalizan estas conductas y aprenden de ellas de forma inconsciente, y esto es algo que no deberíamos fomentar.
De nuevo las feministas de turno haciendo uso del doble rasero que les caracteriza y obviando que la libertad de expresión es libre (valga la redundancia) y para todos, no sólo para uno mismo y cuando conviene. Coartar el humor es el nuevo paso a dar en la lucha por la "igualdad", first world problems.