5 y media de la mañana. El alcohol, los porros y el hecho de haber mandado a tomar por culo mi plan de lecho caliente donde caer muerto empiezan a martillearme la cabeza como diciendo: 'JAJA, TE JODES!'
En un momento de desesperación, comoquiendice, le digo a Darthlamer que me diga dónde hay un parque donde dormir cual vagabundo, y me dice cosas incomprensibles para mi en ese momento, así que al final acabo cediendo y nos vamos a otro bar. A medio camino mi recién adquirido optimismo hace la maleta y se va, así que le vuelvo a decir a Darthlamer que me voy a sobar a algun portal o en cualquier banco. Tras arduas deliberaciones y un tira y afloja interminable, acaba indicándome el camino a la estación de autobuses.
He aqui el comienzo de mi aventura hacia Mordor. (cambio los verbos a pasado porque queda mas chuli)
En primer lugar, nada mas separarme de Darthlamer y sus amigos, me perdí. Si, amigos, me perdí. Era seguir en linea recta, pero me perdí. Pregunte mil y una veces dónde estaba el corte inglés (a medida que iba preguntando sin obtener respuestas claras iba añadiendo palabras malsonantes a la palabra cortinglés; ejemplo: 'dondestá el puto cortinglés?'). Cuando por fin reencontré el camino, pasó un barrendero hijodesumadre con su espléndido camión echando chorros de agua a presión. Resultado: mis zapatillas hacían chof chof.
Caminé, caminé y caminé y finalmente encontré la estación de autobuses, que quedaba al lado del corte inglés, y cuál fue mi sorpresa al comprobar que, efectivamente, tal como había temido durante todo el camino, estaba cerrada a cal y canto. Decidí dar la vuelta y encontrar un sitio donde dormir hasta que abrieran, así que doblé una de las esquinas y por arte de magia las puertas aparecieron abiertas y dentro había gente esperando el autobús. Bienvenidos al mundo paranormal.
Total, me dio igual saber qué extrañas fuerzas ocultas hicieron de un edificio cerrado y vacío, un edificio abierto y rebosante de vida en cuestión de segundos; sólo me importaba comprar mi jodido billete y volver a Bilbao a echarme una siesta. Me acerqué a la ventanilla, tras 15 minutos de cola, y me dijeron que el billete costaba 12,45€. Yo tenía 11€.
'SUS PUTOS MUERTOS!', pensé. Se me ocurrió pedir 1,50€ a alguien de por alli, pero la idea se esfumó al comprobar que me encontraba rodeado de yonkis con rastas que se afanaban en buscar monedas en el fondo de sus carteras con olor a marihuana.
Salí de la estación y recordé que Txentx0 y Darthlamer me habian llevado horas antes a un cajero por allí cerca, así que me puse mis botas de boy scaut y mi bandana azul y verde de explorador junior y, tras colocarme debidamente mis insignias de tiro con arco, pesca en río y maestría con el mosquetón, me fui en busca de mi dinero.
Andé cerca de 20 minutos mientras mi vejiga amenazaba con explotar y dejarme hecho un cristo, y encontré un cajero del Banco Santander. Corrí hacia el cajero con la tarjeta en la mano, la metí a toda prisa, marqué mi número secreto y ... Este cajero no da dinero.
Casi me orino encima.
Retiré mi tarjeta y miré a mi alrededor. Saqué mi último cigarro y descubrí que había perdido el mechero. Tiré el cigarro y al levantar la vista, allí estaba... bajo un foco de luz divina se mantenía en pie un cajero automático de ServiRed... Sufrí una erección y corrí hasta él, metí mi tarjeta, marqué mi número, pulsé 'Retirar dinero' y... 'este cajero solo da multiplos de 50'. Grité, le insulté, le escupí en la pantalla y saqué 50€, necesitando 1,5.
Me encaminé de nuevo a la estación y un borracho me preguntó dónde estaba 'el sitio ese de los autobuses', y como servidor no tiene mucha paciencia y detesta tener a un pesao al lado dando la chapa, le dije la dirección opuesta. A mitad de camino hacia la estación vi la entrada a un garaje subterráneo, bajé y empecé a orinar. A todo esto la puerta pequeña (la de las personas) se abrió y salió un hombre de treinta y tantos, me miró, y siguió andando como si nada hubiera pasado.
Por fin llegué a la estación, compré mi billete y esperé. Venían mil autobuses todos de la misma compañía (La Unión) que es la que yo estaba usando, y como no tenía ni idea de dónde pararía el mío llamé a Darthlamer y me dijo un puñado de cosas de las que sólo entendí la mitad (lo siento tío pero es así XDD), así que me senté a esperar y por fin llegó. Subí, me quité las lentillas bajo la atenta mirada de un sudaca, me metí las manos en los bolsillos por si acaso y me dormí.
Al llegar a Bilbao di gracias al cielo y volví a casa.