Antes de nada, os recomiendo este análisis sobre la democracia en Venezuela:
¿Es Venezuela una democracia?
Tras la muerte de Hugo Chávez, hemos visto como periodistas, tertulianos y expertos se han enzarzado en una batalla dialéctica sobre si Venezuela es o no es una democracia. Al tratarse de un concepto ciertamente flexible, cada uno asistía a su tertulia o argumentaba en su artículo con su particular vara de medir las cosas: “Venezuela es una democracia porque a Chávez lo eligió el pueblo”; “Es una dictadura porque no hay libertad de expresión”; “Es una verdadera democracia porque redujo la pobreza”; “Hasta Hitler ganó elecciones”. Así, la información que hemos estado recibiendo sobre el pedigrí democrático de Venezuela seguramente este sesgada por los prejuicios ideológicos de quienes la ofrecen.
¿Es Venezuela una democracia? A pesar de que la mera pregunta pueda disgustar a unos (chavistas) y a otros (anti-chavistas), lo cierto es que establecer cuáles son los criterios básicos para definir a un país como democrático no es una tarea fácil. ¿Dónde debemos marcar la línea que separe las democracias de las dictaduras? En este sentido resulta interesante conocer las medidas que los politólogos utilizamos para clasificar a los regímenes políticos en nuestras investigaciones. Vaya por delante que éstas no han sido creadas para enjuiciar a un determinado país o a gobiernos de una ideología en particular, y si bien no son objetivas –pues en ciencias sociales todo está sujeto a interpretaciones – se basan en reglas simples y poco controvertidas concebidas para describir, medir y comparar diferentes países a largo del tiempo. No son medidas pro- ni anti-. Trayéndolas al debate no pretendo dictar sentencia, sino más bien aportar una herramienta analítica que nos ayude a comprender por qué Venezuela se mueve para muchos en una frontera difusa entre democracia y dictadura. Éste es un resumen de lo que nos dicen.
Mirando cinco medidas de regímenes políticos en el mundo en los últimos 20 años, vemos que Venezuela puede ser catalogada como una democracia fundamentalmente antes de la llegada de Chávez al poder y en los primeros años de su mandato. No obstante, a partir del cambio constitucional existen incertidumbres que justifican las dudas respecto a si Venezuela es o no una democracia. De acuerdo a algunas medidas, en la última mitad de los catorce años de gobierno de Chávez Venezuela ya puede ser clasificada como una dictadura.
En concreto, en el período que va de 1993 a 1999 todas las medidas que analizo interpretan que Venezuela es un país plenamente democrático. Recién en el año 2000 –cuando se produce el cambio de las reglas electorales con la reforma de la Constitución – una de las cinco medidas es incapaz de catalogarlo como democracia o dictadura por la sospecha de que la alternancia no es posible. Al ser una sospecha no confirmada esta medida no sería capaz de definir con certeza el régimen político de Venezuela.
En el 2006, dos de las cinco formas de clasificar a los regímenes políticos ven en Venezuela un sistema democrático, pero una pasa al plano de la indefinición y otra caracteriza a la República Bolivariana como un sistema autoritario por los problemas de alternancia ya mencionados y por el deterioro del papel de la oposición en la competición política.
En el 2012, con la excepción de las dos medidas que no pueden decantarse entre democracia y dictadura, ya todas clasifican a Venezuela como un sistema político autoritario. La ausencia de alternancia, el papel de la oposición y el debilitamiento de los mecanismo de control al ejecutivo serían, según estas medidas, los principales motivos para clasificarla como un sistema político no democrático.
El siguiente gráfico dibuja la evolución de estas cinco clasificaciones en los últimos 20 años.
Sin duda estas no son las únicas medidas que los politólogos utilizamos para clasificar a los regímenes políticos. Pero como medidas “cuantitativas” sí son las menos exigentes. Por otro lado, existen formas de evaluar la condición democrática de una país con información mucho más rica en términos “cualitativos” (véase por ejemplo la metodología de International IDEA o la conocida clasificación de Robert Dahl), pero a expensas de perder capacidad comparativa. Y tener la posibilidad de comparar de forma sistemática y rigurosa las diferencias entre países es algo ventajoso, pues nos permite poner a prueba hipótesis sobre qué tipo de instituciones o políticas funcionan mejor o peor para el bienestar de los ciudadanos. Eso sí, con datos; no solo con una narrativa persuasiva.
Para los que estéis interesados, dejo a continuación una explicación más detallada de las cinco medidas utilizadas.
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Según Przeworski, Venezuela es una: Democracia (1993-2005), ? (2006-2013)
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Según Cheibub, Venezuela es una: Democracia (1993-1999), ? (2000-2013)
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Según Boix, Venezuela es una: Democracia (1993-2004), Dictadura (2005-2012)
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Según Polity IV, Venezuela es una: Democracia (1993-2008), Dictadura (2009-2013)
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Según Epstein, Venezuela es una: Democracia (1993-1998), Democracia Parcial (1994-2008), Autocracia (2009-2013)
(Explicación de metodologías y graduaciones dentro del artículo)
Fuera del alarmismo del discurso casposo de la derecha española que se pueda dar o no entorno al régimen venezolano, en una cosa coinciden todos los politólogos y es que desde el año 2006 Venezuela dejó de ser una democracia, en su sentido más mínimo y técnico.