Introducción
Gracias a la crisis, ahora todos leemos (entendiéndolas o no, es indiferente en mi reflexión) noticias de economía que antes pasábamos por alto.
Probablemente, un gran por cierto de la población española y mundial, no supiera qué eran conceptos como prima de riesgo, inflación, déficit, deuda pública, emisión de deuda, letras del tesoro y mucho menos los famosos CDO, swaps, participaciones preferentes y demás productos financieros.
Obviamente, tampoco conocíamos entidades que ahora consideramos dueñas de la economía mundial como pueden ser Goldman Sachs, JP Morgan, UBS, Lehman Brothers (que no desapareció, ni mucho menos, y ahora está saliendo de la quiebra), la Fed o Deustch Bank. Qué decir de las Agencias de Calificación (Moodys, Standard & Poors, Fitch).
Ahora sin embargo, atendemos rigurosamente cada una de las noticias relacionadas con ellos y vemos con estupor cualquier frase pesimista de Durão Barroso, Mario Draghi, Christine Lagarde o de la archiconocida actualmente Comisión Europea.
Como podéis estar viviendo en vuestras carnes, estas entidades y personalidades son en su mayoría, las dueñas de la mayoría de la opinión mundial a nivel económico. No importa lo que digan otros señores, por experimentados que sean, si no están ligados a alguno de estos organismos o relacionados con alguno de esos señores y señora.
Pero, ¿es lo que dicen estos señores realmente ECONOMÍA? En parte sí. Nadie podría ponerlo en duda. Todos estos datos, gráficas, porcentajes e índices son indicadores de la salud económica mundial y así lo utilizan todos los medios que leemos, vemos o escuchamos cotidianamente.
Pero...
Cuestión del debate
Atendamos a algunas definiciones del término economía, de cómo nació esta rama de estudio, qué estudia y en qué alude a lo que hemos visto anteriormente.
Empecemos por Wikipedia:
Economía (de οἶκος, oikos "casa" con el sentido de patrimonio, y νέμω, nemo "administrar" es la ciencia social que estudia el comportamiento económico de agentes individuales: producción, intercambio, distribución, consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacer necesidades humanas y resultado individual o colectivo de la sociedad. Otras doctrinas ayudan a avanzar en este estudio: la psicología y la filosofía intentan explicar cómo se determinan los objetivos, la historia registra el cambio de objetivos en el tiempo, la sociología interpreta el comportamiento humano en un contexto social y la ciencia política explica las relaciones de poder que intervienen en los procesos económicos.
Unos apuntes míos:
La economía es la ciencia que estudia la asignación más eficiente posible de los escasos recursos existentes, entre fines alternativos, con el objeto de satisfacer las ilimitadas necesidades de los agentes económicos. Para ello es necesario conocer el conjunto de hechos que conforman lña actividad económica, a saber: producción, intercambio, distribución y consumo.
Principios de Economía, Francisco Mochón, 4ª Ed.
La economía es la ciencia que estudia la asignación más conveniente de los recursos escasos de una sociedad para la obtención de un conjunto ordenado de objetivos.
No entraremos a valorar dichas definiciones bajo puntos de vista de una escuela u otra, sino que extraigamos conclusiones: la economía estudia la asignación de unos bienes escasos para conseguir objetivos.
Pero, ojo, ¿qué objetivos son estos? ¿Cumplir con el déficit o crear empleo? ¿Pagar nuestra deuda o pagar servicios públicos? ¿Enriquecernos a costa de oprimir otros pueblos?
Como podemos encontrar en la primera definición, la economía es una ciencia social, estudia al ser humano en sociedad. No es una ciencia exacta, por tanto, casi todo es susceptible de ser rebatido. No obstante, por su característica de ciencia que estudia la asignación de los recursos, hace uso de las ciencias exactas (aritmética, estadística, probabilidad... matemática en general) para la explicación y la predicción de fenómenos económicos.
Retomando el tema de los objetivos, como podréis ver vosotros mismos en otros lugares, en pocas publicaciones (su mayoría, de autores liberales y de la Escuela Austríaca), se pone al ser humano como el objetivo de la economía, sino a la economía como el objetivo del ser humano. Es decir, el objetivo de la economía no es la mejora de las condiciones del ser humano en sus formas más básicas (trabajo, vivienda, vestido, comida... todo lo que define nuestra calidad de vida en general); la economía, en general, a nivel mundial, se preocupa bien poco de la repercusión de la acción humana en el conjunto de la economía, no atiende a métodos, sino a resultados predecibles mediante la matemática. Los datos mandan.
Y de hecho, las dos escuelas que más se han preocupado por el ser humano dentro de la economía, han sido las que mayores triunfos han obtenido a lo largo de la historia, bien sean los clásicos liberales del laissez faire, laissez passer o bien sean los keynesianistas de la postguerra. Ambos modelos son los que, a pesar de haber entrado en crisis, más mejoraron las condiciones de vida humanas en su nivel esencial. Los clásicos pretendían hacerlo mediante el libre mercado y los keynesianos mediante los agregados económicos y la política fiscal (aquí empezó el auge del estudio matemático de la economía).
Actualidad y debate
Desde el S. XIX, con la colonización y el imperialismo y en pleno auge liberal, la actividad económica se superpuso a cualquier tipo de preocupación por el ser humano. Ya no importaban los medios, había que producir más y había que producirlo más barato. Vayámonos por tanto a África por ejemplo para buscar las consecuencias de estas decisiones.
En definitiva, el mismo ser humano ha tergiversado el concepto de la economía para la búsqueda del beneficio propio, subyugando la felicidad del resto a otras variables.
Hemos olvidado por tanto que, por ejemplo, un intercambio de cromos, es economía; que yo intercambie mi bocadillo de jamón por la manzana de mi compañero, es economía; que yo te preste 1€ hoy, y mañana me devuelvas 1,10, regalándome esos 10 céntimos voluntariamente por el favor, es economía.
Mi opinión es la siguiente:
La economía ha sido devastada total y brutalmente por el egoísmo, la avaricia y en muchos casos, la estupidez humana. Ha pasado a ser una ciencia de asignación de recursos escasos para mi y para los míos; con la intención de cumplir ciertos objetivos que me beneficien a mi y a los míos. Y cuanto más poder tenga, mejor podré asignarme esos recursos y cumplir mis objetivos.
Esta 1ª persona que uso y que centra la economía en el beneficio privado se ha ido concentrando como sabéis en pocas manos hasta llegar al famoso 1%.
El resto, el famoso 99%, concebimos la economía como algo que cuando marcha bien, nos afecta a todos por igual, y a todos nos va bien. "España va bien", decía alguno. Incluso, cuando a todas luces, y echando la vista atrás, nuestra situación real empeoraba paulatinamente, viéndonos obligados a pedir dinero a mansalva a personas creadoras de dinero en ordenadores.
Y tal es la avaricia y el egoísmo del ser humano, que hemos sido capaces de someter y reducir al esclavismo aún cuando ya se había superado, con tal de "que vaya bien la economía".
No me voy a quedar aquí, no obstante.
Creo en soluciones. Creo en una economía al servicio del ser humano, y no al servicio de entidades financieras, bancarias o de otro tipo; creo en una verdadera asignación eficiente de recursos cuyo objetivo no sea el beneficio privado de un 1%; sino un beneficio general para el 100%; creo en una economía donde las acciones humanas sean más importantes que los datos macroeconómicos; creo en una economía donde la tasa de pobreza mundial sea más importante que el déficit público y creo en una economía como ciencia que estudie la asignación eficiente de recursos con el objetivo de mejorar las condiciones de vida humanas en su concepción más básica.
¿Cuál es el problema? El ya expuesto. En esta Economía de hoy en día (de hace unos siglos, realmente), el ser humano y su bienestar es lo último en lo que se piensa.
¿Qué opináis vosotros?