Realmente, lo que ocurre con los androides es que el rechazo de la mayoría de la gente viene de que los humanos pierden la estabilidad que les ha dado desde siempre el pensar que son únicos e irrepetibles.
Los que pasa es que nosotros somos una IA, una IA muy sofisticada, orgánica y con muchas directrizes variables, pero no somos diferentes de un androide.