Ocurrió en Argentina, en la provincia de Buenos Aires. Fernanda tiene apenas seis años y hace tres se fue de su casa junto a su madre.
Y es que fueron echadas de allí por su progenitor, el agresor denunciado. Desde entonces, las visitas con él se volvieron cada vez más violentas y volvía junto a su madre pintada con esvásticas en las manos, piernas y espalda.
"Papá me ataba las manos con una soga y me pintaba la cruz Nazi. Me decía que era un juego. También me la dibujó en la pierna y espalda. Papá me decía palabrotas y que era un espía que mataba gente", explicó la menor en la declaraciones a una ONG.
El padre denunciado trabaja como detective privado. Tiene 32 años y es fanático Nazi.
"La gota que rebalsó el vaso fue entre julio y agosto de este año. La niña estuvo internada con ataques de asma y problemas respiratorios durante tres semanas. Podía haber salido antes, pero los médicos nos dijeron que cada vez que venía su papá a la nena le agarraban los ataques y no podía respirar. Ahí dijimos que teníamos que hacer algo más porque las simples denuncias ya no servían" , declaró Gabriel Pigliacampi pareja de Carolina la madre de Fernanda.
El problema es que a pesar de las decenas de denuncias interpuestas, el maltratador continúa libre: "Si el tipo no va preso, nuestra vida corre peligro. La de todos, mi mujer, mi hija", dijo el mismo hombre.