En el último restaurante en el que trabajé allá por 2020 nos cayó una inspección laboral sorpresa a las 22:30 de la noche un sábado. Sospechamos que fue un chivatazo de un ex empleado sindicalista al que putearon. Resultó que solamente 2 personas de toda la plantilla estábamos en regla, el resto de gente en negro completamente... todo el turno de noche, plonge, toda la sala de todos los turnos menos 1 persona, la mujer del dueño que trabajaba allí también incluso... le cayeron unos 65000€ de multa en total (reincidente) y una de las mujeres que curraba en negro resulta que además cobraba ayudas por madre soltera con 4 hijos en paro y le tocó devolver el dinero de los últimos 2 años más multa de 3000€ xd un dramón se formó allí... Nos puso a los dos que estábamos en regla a firmar nóminas como locos, a firmar registros de horas y mierdas varias. Yo me negué a firmar nada de aquella manera y mi jefe se enfadó bastante pero poco pudo hacer más que callarse y agachar la cabeza con toda la inspección encima. A los 2 meses empezó fuerte el tema del covid y hasta luego.
Con todo y con esas diré que me terminé enterando de que los que estaban en negro lo hacían porque querían. Algunos por cobrar más, otros por seguir cobrando el paro/subsidio... y el jefe encantado por todo lo que se ahorraba aunque les ofrecía darlos de alta y demás en un primer momento. La chica de sala que estaba en regla y yo no nos enteramos de nada hasta que explotó el asunto porque realmente estábamos bien (dados de alta correctamente, contrato por correo electrónico, buenos horarios, pagaban puntuales, extras en nómina al pelo...).
En este país pasa que tanto el empresario como el trabajador han normalizado mucho todo lo relacionado con la economía sumergida. Nadie se escandaliza si mañana llegas a una entrevista y te dicen "cobras 1400€ y 300€ en un sobre" o si te sueltan que tu horario es "flexible" no porque se adapten a tus necesidades sino porque cualquier día haces 12h en lugar de 8.