Si señores, y con datos oficiales. Me ahorro mi opinión personal, pero ahora si podemos hablar al menos de una tendencia.
No hay un modo suave de contarlo y no se debe. Quienes piensan que la violación múltiple y simultánea de cuatro sujetos a una mujer en los Sanfermines de 2016 fue una sórdida y vomitiva excepción viven en los mundos de Yupi, en una realidad paralela sumamente inconsciente. Desde ese año hasta hoy han actuado al menos 101 manadas en nuestro país en las que han participado más de 350 hombres.
Sólo desde que empezó este año 2019, 18 mujeres han denunciado en otras tantas comisarías -una incluso por duplicado el pasado viernes en Castellón, la violaron dos veces los miembros de la misma manada- una agresión sexual infligida por hombres de manera grupal; 14 de esas violaciones se han producido en los últimos tres meses, las otras cinco tuvieron lugar el año pasado pero las víctimas no habían reunido el valor para ir a la policía hasta ahora. No es de extrañar ese modo temeroso de conducirse tras experimentar un trauma semejante: la mayor parte de las violadas este año son menores -alguna no supera los 12 años- y las que no lo son tienen 19 o 20 años.
Según los datos aportados por Geoviolencia sexual, en 2016 fueron detectadas 15 agresiones sexuales múltiples (de dos o más hombres), 14 en 2017 y 59 en 2018. Andalucía, la Comunidad Valenciana y Cataluña son las comunidades en las que se han sido denunciados más casos.
La publicación constata que más del 60% de las violaciones fueron consumadas y que en más del 74% de las perpetradas en 2018 participaron grupos de hasta cuatro varones. Más de la mitad de los ataques se producen por la noche y los lugares elegidos principalmente por estos depredadores sexuales son una vivienda o la calle. Una buena parte de esas agresiones múltiples son «pornificadas», es decir son grabadas por los violadores.
En términos generales, los datos coinciden con la investigación del Instituto de Ciencia Forense y Seguridad (ICFS) de la Universidad Autónoma de Madrid.
La muestra analizada de forma rudimentaria se corresponde, sin embargo, en este último punto, con las conclusiones genéricas obtenidas por el ICFS que sostiene que un 31% de los integrantes de las manadas son españoles, un 49% son extranjeros, grupo en el que destaca el 22% de ciudadanos procedentes del Magreb, principalmente de Marruecos, y el resto está por determinar. Una sobrerrepresentación muy controvertida y muy ocultada.