Empezarán hoy viernes y durarán tres meses. Poca más información se conoce de las maniobras militares que se han desplegado en las costas del Sahara Occidental a 125 kilómetros de las costas de Canarias y que supone un despliegue a gran escala de la Armada alaiuta.
Estos movimientos militares son una decisión «unilateral» de Rabat, y un desafío al sur de Fuerteventura, que es la zona más cercana, y desde esta isla y el archipiélago al completo mira con preocupación a su vecino y sin información sobre las reuniones que ha mantenido el presidente Pedro Sánchez con los responsables políticos del país.
De acuerdo a los datos facilitados en un comunicado por las autoridades marroquíes, los ejercicios se desarrollarán a unas 2,7 millas náuticas (cinco kilómetros) del litoral próximo a El Aaiún y a Dajla.
Tanto Coalición Canaria como el Partido Popular han alzado la voz pidiendo datos sobre estas maniobras, y le han recordado a Sánchez que no facilitarla incumple la Agenda Canaria, el documento de compromisos firmados por el PSOE nacional para la investidura de Sánchez.
Estas maniobras han sido programadas en un momento clave y extremadamente delicado en las relaciones internacionales, envueltas en el pulso pesquero con la Unión Europea, y con un movimiento a gran escala de Marruecos que podría ser una muestra de poderío y soberanía frente al Sahara Occidental.
Canarias mira con inquietud los movimientos en el otro lado de la cercana mediana atlántica, donde la polémica se repite con frecuencia. Durante décadas, Marruecos y Canarias han sido vecinos incómodos con varios asuntos sobre la mesa que han generado tensión entre amas regiones. Marruecos ha tratado de anexionarse territorio canario ampliando sus fronteras marítimas, ha realizado prospecciones en aguas cercanas a las islas sin aviso ni permiso y mantiene el tira y afloja histórico relativo a la inmigración y la explotación de minerales submarinos y por los acuerdos de pesca, entre otros temas polémicos.
En las islas, temen que las maniobras militares causen afección a los fondos marinos, ya que ya hace años que fueron prohibidas estas acciones por la afección a los cetáceos que conviven en esta área marina. Tras el varamiento masivo en 2002 de cetáceos en las islas, se descubrió el desastre ambiental y a la biodiversidad marina provocada por los sonares empleados por la OTAN en unas maniobras militares en aguas canarias, responsables de la muerte de al menos 14 cetáceos, que acabaron varados o moribundos en playas de Fuerteventura.
Además, el nacionalismo del 'Gran Marruecos' choca frontalmente con la soberanía de las islas, así como los intereses económicos del Reino marroquí que recurrentemente plantea la reactivación de las prospecciones de minerales y petróleo en las aguas compartidas.