Cuando entro en un hilo de política, siento varias cosas, cosas que voy a tratar de caricaturizar en una pequeña historia (o no tan pequeña). Es una puta mierda, pero mi sobriedad es absoluta y eso no ayuda a la imaginación. Amoh' allá:
Ya sabéis como es esta comunidad: hay veces que te encuentras cosas interesantes, otras veces ves cosas graciosas, y en ocasiones, hasta sientes un poquito de penita o vergüensita. Es por eso, que cada vez que veo un hilo, es como ver una de esas casas blancas grandotas con ventanas seminuevas, que no sabes si por dentro van a ser una puta mierda o verdaderas obras de arte. Y claro, ante esta curiosidad, te acercas a la puerta.
En la puerta, vislumbras un letrero, quizá no lo suficientemetne grande como para describir qué se cuece dentro, pero sí con un título que te llama la atención. La mitad de las veces, esos títulos son confusos, y si no te paras lo suficiente dentro de la casa, ni te coscas de qué cojones pasa ahí. Más problemático es, si cabe, cuando ves que el letrero está adornado con una banderita y la palabra "Política", pues sabes que esas casas están encantadas y no puedes tocar nada con las manos.
Como casi siempre, decides entrar. Nada más das un paso, escuchas unos ladridos ensordecedores, que rompen la tranquilidad que el lugar, aparentemente, albergaba hace unos instantes. Ves cuatro perros rabiosos, corriendo por las habitaciones y ladrando a todas las cosas, sin importarles nada más que el hecho de ellos son perros, y lo demás no. Por supuesto, también ves personas hablando tranquilamente, pero sus interesantes conversaciones son acalladas por los incansables ladridos.
Habitualmente, también se ven loros. De hecho, en todas las casas hay unos cuantos loros. Éstos suelen dedicarse a repetir el mismo conjunto de frases una y otra vez, y no es raro verlos enfrentados a los perros, éstos a rabiosos ladridos, y los loros repitiendo las mismas frases constantemente, concatenadas con algún gracioso insulto que enfurece todavía más a los perros. Esto normalmente acaba cuando llega un perro de la segunda manada y se pone a ladrar al primero, acto que puede durar varias horas y nunca lleva a ningún lugar, excepto cuando vienen los limpiadores y se llevan a uno de los dos, o incluso a los dos, a la jaula unos días. A los perros más malos llegan a encerrarlos durante meses, y gracias a dios, porque la mejora en tranquilidad se nota a leguas.
Sucede, que últimamente hay un hechizo todavía más poderoso y problemático que el que te evita tocar nada, invadiendo la mediaciudad: algunas personas normales que pasan mucho tiempo en estas casas, terminan convirtiéndose en loros, y los loros que discuten mucho con los perros, se convierten en perros del bando contrario. Y cada vez quedan menos personas que disfrutan de la verdadera esencia de estas casas, llenas de detalle e historia detrás, para simplemente, terminar soltando el mismo ladrido cada vez más alto.
Hay una teoría del panadero del hijo del vecino de la suegra de mi hermano, que dice que el problema está en que esas personas tienen nombre y orgullo. "El orgullo defiende el nombre, y se come al hombre", decía ayer mientras me vendía unas baguettes de puta madre. Aparentemente, una vez defendían una habitación de una de esas casas, como sabían que serían reconocidos después, no se sentirían capaces de admitir que las habitaciones de las demás casas, también albergaban cierta belleza. Sí, algunos de estos hombres creían tal estupidez, su juicio se nublaba al pensar que la relación entre dos posturas sobre una misma cosa, tenían que separarse, más que juntarse.
Y al final, la tendencia es la misma: todo hombre con el orgullo más grande que su mente, acaba contribuyendo al creciente ruido de los ladridos, creyendo que con éstos defiende su nombre. Un ladrido que cada vez pierde más su significado, y que cada vez oculta más su nombre entre la marabunta de ladridos. Al final, el ruido en estas casas es cada vez más grande, y cuesta más entender las palabras de unos y otros, y es así como terminamos centrándonos antes en el apabullante ruido, que en los interesantes detalles que las habitaciones nos puedan mostrar.
Espero que se capte el mensaje, aunque dará igual. Saludos.