Tras acordarme de este último invierno en el que toda la familia nos fuimos a esquiar y ver unos cuantos vídeos del evento, me he fijado en que mi padre es la sombra de lo que era, de tirarse por las pistas más machaconas e inclinadas de los jovenzuelos, ahora se tira más por las amateur, las pistas de las niñas, las mujeres y demás engendros sin pene.
Nah es broma, no es para tanto, pero es cierto que ha bajado un par de niveles y que va más suavecito que antaño, cuando yo era crío era una mala bestia que iba a una velocidad y hacía unos saltos que harían estremecer a Winnie the poo.
Otro caso de un forero viejo de otro foro, llamado PringuiPringui, el pobre desvariaba cosa mala debido a la edad y no paraba de soltar sandeces propias de un hombre senil que ya chochea.
Si vais por la calle os fijaréis en que las personas más solitarias o con la cara más triste suelen ser personas mayores.
De mis abuelos, sólo mi abuela materna queda viva, y es un zombie con alzheimer, un pobre pajarillo escuálido al que hay que decirle hasta dónde tiene que cagar. El resto de mis abuelos, uno murió de un infarto a los setenta y muchos, y los otros dos murienron presa del cáncer, no sin antes vivir casi década y media a base de empastillarse, ocupando una habitación a modo de despensa como si fuese un almacén farmaceútico.
Y digo yo ¿merece la pena vivir la época en la que más dependes de los demás, más solo estás y más te falla el cuerpo? ¿De qué sirve una larga esperanza de vida si la etapa que se alarga no es la juventud sino la vejez? Un español vive 50 años más que un afgano, pero la etapa de juventud de ambos es la misma.
Mi opinión tras todo esto es que la edad ideal para dejar este mundo sería los 60 y muchos, sin llegar nunca a 70. Aparte de ahorrar a la sociedad el tremendo gasto médico, te ahorras el malvivir y las penurías de esas edad.