Cuando António Costa asumió el puesto de primer ministro de Portugal hace este sábado un año, pocos pensaban que seguiría en el cargo pasado seis meses. El conservador Pedro Passos Coelho había sacado mayor número de votos en las elecciones legislativas de octubre, pero a falta de seis escaños para lograr la mayoría absoluta en el Parlamento, las fuerzas de la izquierda se habían reunido por primera vez para facilitar un Ejecutivo alternativo al de la derecha.
La idea era inaudita y controvertida: los marxistas del Bloque de Izquierda (BI) y los diputados del Partido Comunista (PCP) ofrecían prestar apoyo parlamentario a un Gobierno minoritario de los socialistas lusos (PS) a cambio de la aprobación de una serie de ambiciosas medidas sociales que pasaran página a la austeridad.
NEGOCIACIONES PERMANENTES
A lo largo del último año, el Gobierno Costa ha conseguido reestablecer gran parte de los servicios sociales suprimidos durante los peores años de austeridad de la historia del país.
Los sueldos de los funcionarios públicos, cortados drásticamente tras el rescate del país en 2011, han sido restaurados, como también lo han sido las pensiones recortadas a orden de la Troika. El nuevo Ejecutivo también ha cancelado la privatización de los transportes públicos de Lisboa y Oporto, y recuperado el control de la aerolínea estatal TAP, vendida en una polémica operación llevado a cabo por Passos Coelho cuando su Gobierno ya estaba en funciones. Mientras ha aumentado el salario mínimo, se ha reducido el número de colegios concertados, optando por la inversión en la red pública.
La aprobación de estas medidas sociales no ha supuesto la ruina financiera del país, como muchos auguraban. Todo lo contrario, el déficit se ha reducido al 2,7%, por debajo del 3% exigido por la Comisión Europea. Durante el tercer trimestre del año la economía nacional creció un 0,8%, convirtiéndose en la que más creció de toda la eurozona, según Eurostat. El país incluso se ha podido permitir el lujo de adelantar los pagos de su deuda con el FMI, reduciendo de esta manera los intereses que tendrá que pagar en el futuro. Parece que han logrado el milagro de las medidas sociales dentro de un contexto económico financiero sostenible.
En definitiva , es la izquierda portuguesa el ejemplo que las demas deben de seguir para hacer frente al auge de la extrema derecha y el populismo?.
https://www.google.es/amp/www.elespanol.com/mundo/europa/20161125/173483510_0.amp.html