Hola a todos. He estado durante bastante tiempo ojeando el foro, pero al ver este hilo me he decidido a registrarme y comentar mi caso.
Para que no haya lugar a confusiones quiero aclarar que soy chico, y que hasta hace poco mi pareja, también era hombre.
Un poco antes del verano del año pasado conocí a esta persona, y en septiembre fue cuando empezamos la relación.
Él tiene 23 años actualmente y yo 29. Siempre he tenido parejas de mi edad o incluso mayores, y nunca pensé que la primera pareja más joven que yo me iba a hacer pasar por este quebradero de cabeza que procedo a contaros:
Es una historia tan larga, y en parte liosa, que no sé por dónde empezar, así que empezaré describiéndolo como una persona que todo lo que empezaba se lo dejaba, ya fuesen un par de carreras, un ciclo formativo de GS que empezó el año pasado, etc… Hasta el punto de no hacer absolutamente nada, según él su dejadez se debía a sus problemas con su familia (que ahora comentaré).
Es buena persona, pero ya han sido muchas veces en las que le he pillado mentiras:
Una de ellas en referencia a la marihuana (lleva fumándola desde los 16). Constantemente la dejaba y al tiempo volvía. Yo le notaba los cambios de humor pero él decía que era por su situación familiar, hasta que le pillé las mentiras en varias ocasiones porque por ejemplo al darle un beso un día le noté el sabor a marihuana.
Otra de las constantes mentiras era con respecto a la búsqueda de trabajo. No estaba buscando trabajo aunque él me decía que sí, hasta que un día me dijo la verdad.
Debido a estas mentiras mi confianza fue decreciendo hasta el punto de no confiar en él, quizás un poco porque éramos pareja, pero poco más, ya que si hubiese sido otra persona directamente la hubiese mandado a paseo.
He vivido muchas situaciones con él, nada agradables:
En su familia, tanto su madre como una hermana padecen un trastorno de personalidad (TLP) y en más de una ocasión he tenido que ver a la policía en su casa, ambulancia incluso una vez a los bomberos porque a la madre le dio un brote y quería quemar la casa. En otra ocasión recuerdo tener que irnos mi entonces pareja y yo a la comisaría a preguntar por su madre porque la habían detenido y estaba en el calabozo por no recuerdo qué cosa una noche de fin de semana.
En el primer viaje que hicimos, pillé a mi pareja fumando en el hotel (en el lío que nos podríamos haber metido). Bajé a por una pizza y en cuanto subí me lo vi lavándose los dientes, a lo que le pregunté para qué lo hacía si íbamos a cenar, total que le di un beso y pude comprobar que había fumado maria. En ese viaje tuvimos varias discusiones por distintos motivos, la mayoría por ralladas suyas sin sentido que a mi me sacaban de quicio. Recuerdo en el viaje una mañana que llamé a mi madre para ver como iba todo mientras mi ex se duchaba, y al salir de la ducha recuerdo verlo de morros toda el día. Ese mismo día al mediodía, me preguntó que si podía alejarse para llamar a su madre, le dije que sí aunque me extrañó porque de normal hablamos con nuestros padres delante nuestro… Por la noche a base de preguntarle 1000 veces qué le pasaba, me comentó que le había parecido oír que le llamaba “amor” a alguien esa mañana cuando tuve la conversación telefónica, y que el motivo por el que se había alejado de mi para hablar por teléfono fue porque quería comentárselo a su madre. Yo flipé en colores y la tuvimos bastante gorda cuando llegamos al hotel. A todo esto faltaban 3-4 días para nochevieja e iba a cenar con él y con su familia, a ver con qué cara les iba a mirar dicho día. Este tema al final se solucionó.
En base a los constantes problemas del TLP en su familia y de los efectos que producía la maria en su organismo, se dejó el ciclo que estaba estudiando. No hacía más que dormir y poco más. Intenté motivarle y ayudarle, aunque fuese a que consiguiese un trabajo para estar distraído y ganar algo de dinero hasta que pudiese comenzar de nuevo el curso. Como si hablase con la pared.
Constantemente se comía la cabeza por chorradas que nadie más que él le daban importancia, hasta su madre le decía que no se rallase tanto… De hecho siempre que se rallaba por algo acababa callándose, sin mediar palabra y los demás teníamos que ser adivinos y saber lo que rondaba por su mente.
De manera muy general he intentado expresar lo que he vivido con él, aunque ha habido más cosas.
Volviendo a la actualidad, hace un mes me comentó que iba a ingresar en el hospital para desintoxicarse de la maria y que sería preferible que lo dejásemos durante su ingreso para él poder centrarse en ello y yo en mis estudios (oposiciones, que por cierto me examino en 2 semanas…). Mi cara fue un cuadro pero lo acepté.
Actualmente me he dado cuenta de que me he llevado mejor con sus padres que con él xD, es curioso.
Mientras estuvo ingresado, llamé en varias ocasiones a la madre para ver cómo iba el tema de la desintoxicación, y siempre surgía el tema de que hacíamos buena pareja, que ojalá volviésemos, que la manera tan mala de comportarse conmigo se debía al efecto de la maria en el organismo, blablabla.
Intenté evadir en la medida de lo posible tales situaciones porque sufro presiones externas por diferentes sitios, por una parte la madre que parece que le convenga que estemos juntos…, por otra parte mis padres que después de lo que han visto, opinan todo lo contrario a “mi suegra”. Y luego estoy yo, que aunque hecho una mierda por la ruptura, pienso que lo mejor sería dejar la relación porque sé que como no cambie de forma de ser, ni su situación familiar, volverá a recaer en la droga (como ya ha pasado en múltiples ocasiones) y al final acabaremos mal porque yo ya le dije en una ocasión que no era su padre y que no iba a estar así siempre, soportando mentiras, faltas de respeto, etc…, pero por otra parte siento que aún le quiero ¿y si ahora cambia de verdad?, ¿y si no cambia, volvemos, y vuelve todo a estar como antes?
Los dos últimos días que nos vimos fueron en mayo, y fueron un jodido desastre:
Viernes: salimos a celebrar su cumpleaños. Su hermana sufrió un brote y le cambió la cara. Intenté sacarlo a cenar para despejarse y lo único que me dijo en toda la tarde y noche que pasamos juntos fue “mi hermana me ha jodido el cumpleaños, como siempre”. De vez en cuando me miraba y me sonreía “para hacer acto de presencia”, el resto del tiempo callado.
Sábado: habíamos quedado para cenar en su casa y le pregunté si un buen amigo mío, que él conocía, podía venir a cenar con nosotros y me dijo que sí. Al final de la noche cuando mi amigo ya se fue me echó en cara que hubiese venido mi compi a cenar, a lo que le respondí “te lo he preguntado y me has dicho que sí, haberme dicho que no por X motivo y no hubiese venido”. Acabamos discutiendo y hasta entonces hemos hablado simplemente para saber cuando ingresaba y cuando le daban el alta, y para felicitarme por mi cumpleaños.
En parte tengo la conciencia tranquila, porque por él y por su familia he hecho muchas cosas, entre ellas hacerme 700km en una tarde porque un familiar suyo estaba grave y había que ir a recoger a su hermana para que pudiese despedirse, la cual estaba internada (por el tratamiento del TLP) en otra comunidad autónoma.
En fin, que yo también he cometido mis errores, pero jamás he faltado así al respeto a nadie, y menos de manera tan continuada.
En dos semanas me examinaré, pensaré en este tema para ver a qué decisión llego (aunque la gente de confianza me recomienda no volver) y quedaré para hablar con él para ver qué hacemos.
Disculpad el rollo, pero es muy largo y a la vez lioso de contar porque hay muchas cosas relacionadas con la droga y el trastorno de personalidad que hay en su familia, y que he omitido por no hacer más liosa la redacción. Sé que me dejo muchas cosas en el tintero, pero creo que con lo poco que he expuesto hay más que suficiente para hacerse una idea de lo que he vivido.
¿Alguno ha tenido o conoce alguna experiencia parecida?.
Tengo la cabeza hecha un lío, aunque sé que debo de centrarme en el examen, pero muchas veces me es imposible… ¿Qué haríais en mi situación? ¿Le daríais una última oportunidad a la relación? El miedo a que todo vaya a joderse (otra vez más…) por las drogas y su situación en casa me hace plantearme que igual es mejor dejar la relación y que cada uno haga su vida, porque la confianza por mi parte, ya se ha perdido por el camino después de, como habéis podido leer, faltas de respeto y mentiras continuas durante meses.
Un saludo y gracias por leerme.