#31 En España ya se utilizan. Por ejemplo, en el ámbito de la violencia de género se están utilizando, los problemas fundamentales son dos:
1º: Que solo se utiliza cuando ya hay una orden de alejamiento y ésta se incumple. Es decir, no se puede poner la pulserita sin antes haber dictado una orden de alejamiento y sin que el presunto agresor la haya incumplido.
2º: Los aparatos que se utilizan a día de hoy son bastante viejunos, funcionan por radiofrecuencia y suelen dar "falsos positivos" de manera bastante habitual, no obstante y en líneas generales gozan de una buena valoración por parte de los profesionales implicados. La mayor "pega" que se le pone es que se utilizan poco a pesar de ser una medida efectiva.
Se había propuesto renovar estos aparatos con cargo a los próximos presupuestos generales con una partida de unos 5-6 millones de €, si tenemos en cuenta la vida útil de los anteriores y el precio nos queda un coste diario de unos 3€ por cacharro... Compara esos 3€ de la pulsera con los 60€ que cuesta mantener a un preso preventivo... no hay color.
A día de hoy esta tecnología ha ido avanzando muchísimo, cuando estuve investigando sobre el tema me quedé muy sorprendido, los últimos dispositivos (les llaman de tercera generación) ya no solo pueden monitorizar la localización del individuo en tiempo real sino que además envían todo tipo de información hasta el punto de poder saber si una persona se encuentra alterada, excitada, deprimida, etc, algo que puede ser muy útil en el caso de los delincuentes sexuales o personas especialmente agresivas.
Evidentemente todo esto necesita una regulación accesoria que lo desarrolle (modificar la LECrim el CP, legislación paralela sobre aspectos técnicos, el impacto en los derechos fundamentales del sujeto, etc) pero a día de hoy técnica y económicamente no solo es posible sino que además es recomendable.