Nadie compartió con Valerie Spruill el secreto de su marido, hasta que él murió. Solo llegó a escuchar comentarios en relación a su padre, al cual nunca conoció, pero jamás se pudo imaginar que él se encontraba más cerca de lo que pensaba.
Spruill, que acaba de cumplir 60 años, es de Doylestown, Ohio. Supo la verdad, de boca de su tío, en 2004 (seis años después de enviudar). Pese a esto, no se ha dado a conocer la historia a nivel nacional hasta ahora.
Tras la prueba del ADN (Valerie había guardado los cepillos y demás utensilios de higiene personal de su difunto esposo) se confirmó que había estado casada con su propio padre.
"El dolor me matará y debo tratar de soltarlo poco a poco" dijo Spruill a la prensa. "Cuento esta historia para acabar con el dolor."
Era su segundo matrimonio. El señor Spruill era un buen hombre, un excelente guardián. Fue un padrastro ejemplar para los tres hijos de su anterior matrimonio.
"Tuvimos una buena vida" Dijo con una sonrisa amarga
Tenía tres meses de edad cuando empezó a vivir en casa de sus abuelos, a los que consideró durante años como sus verdaderos padres.
No fue hasta que cumplió los 9 cuando se enteró de que la mujer misteriosa que les visitaba de vez en cuando era su madre biológica, pero nunca hablaron con ella sobre su padre.
Con los tres fallecidos desde hace años no había mucha gente que pudiera advertirla sobre la identidad de su segundo esposo.