Un millonario egipcio se ofrece a comprar una isla en el Mediterráneo donde los refugiados puedan empezar una nueva vida.
Naguib Sawiris, magnate de las telecomunicaciones, ha explicado que, tras comprar la isla, crearía "refugios temporales para la gente". "Luego comenzaríamos a darles trabajo para construir casas, escuelas, universidades, hospitales", ha comentado.
Un multimillonario egipcio, Naguib Sawiris, se ha ofrecido a comprar una isla en aguas de Grecia o Italia y acondicionarla para dar cabida allí a los miles de refugiados que intentan cruzar el mar Mediterráneo en busca de un futuro mejor tras huir de Siria y de otros conflictos. "Grecia o Italia me venden una isla, declararé su independencia, albergaré allí a inmigrantes y proveeré trabajo para ellos en la construcción del nuevo país", ha escrito el magnate en su cuenta de Twitter.
Sawiris, presidente de la operadora de telecomunicaciones Orascom TMT y de un canal de televisión egipcio, ha explicado posteriormente que contactará con los gobiernos italiano y griego para abordar este plan y, preguntado por la dificultad de este proyecto, ha afirmado: "Es absolutamente posible". Según sus cálculos, una isla puede costar entre 10 millones y 100 millones de dólares, aunque en su opinión que el asunto más importante "es la inversión y la infraestructura".
Lo primero, según el multimillonario empresario, es hacer "refugios temporales para la gente". "Luego comenzaríamos a darles trabajo para construir casas, escuelas, universidades, hospitales", ha añadido. "Y si las cosas mejoran, los que deseen regresar a sus países de origen, podrán hacerlo", ha afirmado Sawiris, cuya familia desarrolló el famoso balneario El Gouna en las costas del Mar Rojo egipcio.
Reconoció que el plan puede enfrentar obstáculos, como la dificultad de convencer a Grecia o Italia de vender una isla, así como implementar regulaciones jurídicas y de otro tipo. No obstante, comentó que "hay decenas de islas desiertas donde pueden caber cientos de miles de refugiados".
Desde principios de año, más de 350.000 personas han tratado de escapar de los conflictos de su país de origen provocando una crisis en la frontera con los países europeos occidentales. Más de 2.600 refugiados han muerto en el intento, según la Organización Internacional para la Inmigración (OIM).