Cansado de las repetidas y fastidiosas muestras de afecto de su perro sobre sus piernas, un joven francés de 24 años creó la "sexy muñeca canina" un juguete de plástico con medidas naturales que le permitirá a los dueños de los animales lograr la satisfacción de sus mascotas sin tener que experimentarla en carne propia.
Hecho a semejanza de las muñecas inflables, usadas por algunos de sus amos, estos nuevos juguetes caninos están elaborados con un material plástico cubierto de una piel gruesa de silicona, que no sólo protege a los animales al lanzarse desbordados sobre la muñeca, sino que también da suavidad durante el acto.
La fisionomía del juguete es exactamente igual a la de cualquier hembra, con músculos específicamente moldeados para asemejar a los carnosos glúteos de una acompañante canina de ensueño y un agujero de color rosa en la parta posterior, que su inventor aconseja limpiar regularmente.
Clement Eloy, creador del invento, lo describe como una "forma natural de controlar los impulsos sexuales" de los animales, probablemente consciente de que las necesidades de un perro no se solucionan únicamente acudiendo a un hueso de plástico.