Os preguntaréis qué significa el título del hilo. Bien, en resumen sería que no creo que los transexuales que existen hoy en día sean personas que, tal y como afirma la inmensa mayoría de la sociedad, hayan nacido con los genitales cambiados. Para mí, un transexual es una persona que por su forma de ser ha sufrido el rechazo de la sociedad y se ha visto forzado a creer que hay algo mal en él que debe ser cambiado.
Empezaré por el principio.
En la naturaleza, cualquier (o al menos la inmensa mayoría) conjunto que tratemos de medir se nos presentará con una forma de distribución gaussiana, es decir, formando lo que se conoce como una campana de Gauss.
Esto significa que la mayoría de elementos se concentran en una franja con características intermedias y a medida que las características se aproximan a los extremos el número de individuos desciende. Por ejemplo, si medimos la longitud de las hojas del cerezo que tienen un determinado tono de verde, nos saldrá que casi todas las hojas miden entre los 9 y 11cm y cuanto más pequeñas sean de esos 9cm o mayores de esos 11, habrá menos hojas de esas longitudes.
Esto se puede aplicar igualmente a los humanos para medir por ejemplo su comportamiento. Si cogemos un conjunto de 100 personas y les preguntamos de 0 a 10 cuánto les gusta la pizza con piña, no saldrá una gráfica con forma de campana de gauss que puede estar más o menos escorada hacia el 0 o el 10. Debido a diferencias culturales en nuestra alimentación, si discriminamos esos humanos entre españoles y mejicanos, seguramente nos salgan dos gráficas separadas unas de otras.
De la misma forma, debido a diferencias anatómicas entre distintas razas de humanos, es posible que si le hacemos la misma pregunta a españoles blancos y a españoles negros, las gráficas también salgan algo separadas. O puede que no. De cualquier modo, este proceso se puede hacer también diferenciando los conjuntos a medir entre hombres y mujeres.
Las gráficas pueden salir más juntas, más separadas, más densas, más dispersas, pero seguramente habrá diferencias debido a que nuestro cuerpo es diferente y por tanto nuestro cerebro, que es un órgano más, también lo es. Ni mejor, ni peor, diferente (lo cual en mi opinión siempre es algo positivo para los avances de la humanidad).
A donde quiero llegar es que debido a la libertad ya la diversidad de los individuos, es posible que haya una minoría de individuos que tras tomar estas medidas sus posiciones en más de la mitad de las gráficas sean más cercanas a la media de las posiciones del conjunto del sexo contrario que al de su propio sexo.
Y para mí esto no significa nada.
Un hombre puede ser homosexual, preferir la compañía femenina, gustarle más las series destinadas a mujeres, vestirse con ropa de mujer, etc. que para mí seguirá siendo un hombre.
El problema que tenían estas personas antes era que desde la derecha conservadora se les atacaba y discriminaba por ser como eran, individuos libres que no tenían por qué responder a los parámetros socialmente aceptados. Estas personas sólo podían verse protegidas gracias al progresismo de la izquierda que aceptaba la diversidad con total naturalidad.
Desgraciadamente el progresismo está en constante evolución, siempre hacia posturas más y más radicales y siempre por individuos llegados de la extrema izquierda. Las tendencias que tiran hoy en día del progresismo actual son anarco-comunistas, y el principal enemigo del comunismo siempre ha sido y siempre será la libertad. Individuos libres no pueden ser doblegados ni controlados, y personas como el hombre antes descrito eran el más claro ejemplo de libertad.
Como algo así no podría ser soportado decidieron que estas personas debían ser encasquetadas en un sexo. Si su comportamiento era más parecido al sexo opuesto que al de sus genitales, se les dice que si les cuesta integrarse en la sociedad no es porque la sociedad sea retrógrada y deba avanzar y aceptar que cada individuo debe ser libre, sino porque son ellos los que están mal. Se les dice que han nacido defectuosos y deben operarse para arreglarlo. Se les suministra un tratamiento hormonal que hacen que lo pasen fatal y se les operan los genitales para que parezcan que tienen la forma del sexo contrario.
Esta es la postura del progresismo actual y que el conservadurismo acepta: no es la sociedad la que está mal por no aceptar a estas personas tal y como son, son estas personas las que están mal.
Yo no estoy de acuerdo en esta postura. No me creo que una mujer que no conoce lo que es tener pene piense: creo que si me pusiera un pene sería más feliz. No me lo creo porque no puedes echar de menos algo que nunca has tenido. No estamos hablando de un brazo o uno de los sentidos, que tienen un uso práctico en el día a día. Modificar los genitales no va a hacer que puedan disfrutar del sexo que antes no podían, porque no es cierto. Con los genitales antiguos también podían.
No vería raro que un hombre se vistiera de mujer para hacer su vida diaria. Al fin y al cabo la ropa y las modas evolucionan constantemente, quién soy yo para decirle cómo debe vestir. Pero nunca podré entender esa necesidad de pertenencia al sexo contrario, si no es por las ganas de sentirse integrado en un grupo. Y si sólo es por eso, para poder sentirse aceptado porque le rechazan por prejuicios, entonces la culpa no es de esa persona. No es esa persona la que tiene que cambiar, es el resto.
Y esto es lo que más me irrita, la hipocresía de los políticamente correctos que no les importa que los transexuales tengan la tasa más alta de suicidios de cualquier grupo mientras se creen muy buenos por fomentarlo.
De todas formas esto es sólo una opinión y como tal estoy abierto a que cualquiera con buenos argumentos me pueda convencer de lo contrario.